Paseando por Europa en bicicleta… ¡con 88 años!
Natalio “Piquio” Scialabba acaba de regresar de un viaje con su nieto por algunas de las principales ciudades europeas, donde se dio un gusto que tenía pendiente: recorrer París, Ámsterdam y otros lugares en bicicleta, tal como recorre las calles de Coronel Suárez.
La entrevista periodística, perfectamente, podría ir en el sentido de poner de relevancia su rol de abuelo y de bisabuelo. Como muchos otros que portan ese título de honor, el reconocido Piquio tiene una gran tarea cada semana. Es que como lo hizo con su hija, y luego con sus nietos, ahora se ocupa de llevar a los tres bisnietos a todas sus actividades extraescolares, como fútbol e inglés, o de buscarlos a la salida del colegio.
También podríamos referirnos a su actividad como meteorólogo, tarea en la que se inició el 17 de diciembre de 1948, de la que se jubiló en diciembre del 2004, pero que no dejó. Es que sigue desde su casa con el instrumental que instaló, proporcionando los datos del tiempo y llevando estadísticas de las temperaturas y los datos de lluvia de Suárez y toda la zona rural.
Pero no, la entrevista a Natalio “Piquio” Scialabba tiene otra intención esta vez: poner en evidencia que con sus joviales 88 años acaba de regresar de un viaje a Europa, guiado por su nieto Maximiliano Pin, donde se dio el gusto de recorrer las calles y paseos turísticos en bicicleta.
“Pedaleando por la Avenue Champs Elysees, hacia el Arco de Triunfo, girando luego hacia la plaza de La Concorde, sueño realizado, misión cumplida a mis 88 años. Gracias Maxi, sos un ser humano increíble, un nieto de oro”, escribió en una de las redes sociales, con destino a sus familiares y amigos, mostrando la recorrida que hacía en la bicicleta.
Ordenado en sus números, y con objetivos bien definidos, ya ha viajado varias veces hacia el viejo continente, donde vive desde hace varios años su nieto. En el año 2019 viajó con el bisnieto mayor, Ian. Proyecta en el 2023 visitar Alemania y en el 2024, cuando cumpla 90 años, viajar con los tres bisnietos, para hacer una recorrida por países europeos.
“Para mí es imposible hacer todo lo que hago si no me acompaña Maxi”, dijo en la entrevista con La Nueva Radio Suárez. “Anduve por todos lados. Hay calles que tienen unos vericuetos muy intrincados, donde se estaciona muy diferente que en la Argentina” expresa, y agrega que pudo hacer esta experiencia porque “en Europa hay un respeto total y un ordenamiento en el tránsito increíble, nada que ver con nosotros”.
Cuenta que usaba bicicletas eléctricas, indicando que no es que no hay que pedalear, sino que el sistema con que cuentan ayuda a circular por calles que tienen subidas y bajadas. Anduvo por París, Bruselas y Ámsterdam, Países Bajos, “donde hay millones de bicicletas”. En Bruselas, “lo más complicado fue recorrer la parte histórica de la ciudad, que cuenta con empedrado y se hace bastante cuesta arriba. En la parte nueva hay subidas, y ahí también me costó un poco”, cuenta el entrevistado.
Dice que no le daba miedo circular con la bici en el medio del tránsito, porque “hay una seguridad infernal, pasmosa. Donde más estuve fue en Alicante, una ciudad bellísima que está contra el Mediterráneo. Es un lugar muy cálido”.
Cuenta que veía semáforos con figuras de personas en situación de caminar que titilaban. Preguntó y le informaron que “es un aviso para los coches que circulan por avenidas, que, si pretenden doblar, el semáforo les indica precaución porque la prioridad de paso la tiene el peatón. Hay semáforos de todo tipo, no como acá, que hace 10 semanas está quemado el de Mitre y Sarmiento. Y 11 meses que no funciona el de San Martín y República del Perú. Nada que ver allá con acá”.
Natalio “Piquio” Scialabba se despide de la entrevista con un sueño, que es una expresión de deseo: “Espero que la vida siga siendo generosa conmigo”, luego de indicar que quiere viajar en el 2024, “cuando cumpla los 90 años, con los tres bisnietos. Ya está todo armado, preparado. Creo que me va a tener que acompañar alguien, porque son tres chicos –Ian de 12, Teo de 9 y Maxi de 6, para cuando sea el viaje-; vamos a ser tres generaciones con tres apellidos diferentes. Los nenes ya lo saben, lo venimos hablando y están muy entusiasmados”.
En los últimos minutos de la entrevista una gran emoción al referirse a su nieto, que le posibilita vivir todas estas experiencias: "¡Ir con Maxi es lo mejor!". Lo que recoge es el fruto de lo que sembró como abuelo, ni más ni menos, le decimos al entrevistado y reflexiona, con mucha emoción otra vez: "Se cumplió aquello de que cuando era chico yo lo llevaba de la mano. Y ahora me lleva él a mí".