28/11/2021SALUD

“Tenemos que poder dejar que las cosas fluyan: crearlo, pensarlo, sentirlo y soltarlo”

La especialista en bioneuroemoción Gabriela Weisgesber continuó el desarrollo y profundización de los siete principios en la física cuántica, que lleva a ver dónde se gestan las creencias y dónde las situaciones que nos marcan el resto de nuestra vida.

Sobre el principio de la vibración dijo que “todo lo que nos rodea es resultado de una frecuencia y eso quiere decir que, si ésta se altera, la estructura de la materia cambia”.

Por eso, explicó Weisgesber, “como vibramos, atraemos”. Fue ahí que profundizó al decir que “nuestros pensamientos y emociones emiten una señal que sintonizan con aquellas variables de la vida que emiten la misma señal y se atraen”. Es decir, si pensamos en algo negativo, lo vamos a atraer “porque es la vibración que atraemos”.

En esa línea, Gabriela Weisgesber señaló que, por ejemplo, “el color blanco es la suma de todos los colores visto en la luz, y el negro es exactamente lo mismo, pero en la oscuridad”. Es por eso -dijo- que las emociones cambian: “Si vibro enojada, voy a atraer enojo”.

Fue así que la especialista entrevistada apuntó que, “para poder cambiar éste patrón, debemos tomar conciencia de nuestros pensamientos y emociones. Para ello, cada acción que emprendemos debemos realizarla con conciencia y determinar cómo queremos sentirnos y cuál es el resultado que queremos obtener”.

En esa línea, dar las gracias por adelantado “es fundamental”, afirmó Weisgesber.

Indicó entonces que “desear algo que no tengo y elevarlo se llama fe” y citó la Biblia al decir: “Lo que pienso y siento, ya lo tengo, y como lo tengo, lo voy a recibir”.

“La fe por adelantado es ver lo que deseo, creo lo que quiero” señaló Weisgesber, proponiendo que “es para situaciones en que me enfermo, vernos sanos e imaginar que ya nos sentimos bien”. 

Se trata, lo antedicho, del principio de la vibración, que crean las creencias que, en parte, heredamos familiarmente por la educación y propias vivencias: “Esas creencias tienen o una vibración alta o una vibración baja, de acuerdo a cómo haya vivido, y eso lo podemos cambiar tomando conciencia de que puedo elegir vivir de otra forma, no como mi mamá ni mi papá o mis abuelos” explicó.

Por otro lado, retomó el principio del ritmo: “No debemos polarizarnos, no debemos quedar en un extremo del péndulo porque, si no, no podría hamacarse del modo equilibrado en que lo hace”. 

Ejemplificó éste principio diciendo que “cuando retenemos, retenemos, retenemos, no damos opción al Universo de que pueda ejecutar” y confió: “Conozco a una persona que, con su pareja, quería tener un hijo y no había forma. Cuando ya estaban por adoptar decidieron construir una casa, al costado del río, hermosa, y de repente, quedó embarazada”. Explicó que “el tema es poder dejar que las cosas fluyan: crearlo, pensarlo, sentirlo y soltarlo”. 

Fue en ese punto que resaltó que “lo principal es creer”: “Es confiar, es tener fe, lo más fundamental, porque a las personas nos cuesta mucho creer en algo que no tenemos y no sabemos que el principio de poder tenerlo es creer sin tenerlo”.