13/06/2019RELIGION

Párroco Alejandro Guidobaldi.

“Que cada uno sienta la palabra de Dios, que sigue estando en su vida”.

El jueves 20 de junio, a partir de las 14:30 horas, en el salón de usos múltiples del Colegio San José, está previsto un taller de reflexión para hablar de la realidad matrimonial y de parejas en nueva unión.

Estarán presentes integrantes del Movimiento Familiar Cristiano de Bahía Blanca. La propuesta está organizada por el Movimiento a nivel local, y estará participando también el Párroco de Coronel Suárez Alejandro Guidobaldi.

Se tomará como base del taller la exhortación del Papa Francisco “La alegría del amor”.

Consultado el Padre Guidobaldi sobre lo que propone el Papa, sobre todo a las parejas que están en nueva unión o con realidades matrimoniales complicadas, y que se pueden sentir apartadas de la iglesia a partir de todo esto, explica que “lo que se propone es tener marcos de diálogo con todos. Nadie es apartado. Y desde el diálogo ir descubriendo el camino, que Dios va proponiendo a cada persona en particular. No es que todos tenemos que hacer un mismo camino hacia el cielo. Ni tampoco nuestra forma de vida tiene que ser exactamente igual en todos. Hay que reconocer la historia personal de cada uno. Se trata de iluminar la vida de cada uno desde el Evangelio, la palabra de Dios. Que cada uno sienta la palabra de Dios, que sigue estando en su vida. Aprender a discernir juntos”.

“Cuando estas situaciones matrimoniales o de parejas en nueva unión se ponen más de manifiesto es cuando se acompaña a los hijos en la catequesis. Ahí se expresan las angustias de madres y padres que atraviesan estas situaciones, y que pueden sentir que están acompañando a medias a sus hijos”.

Planteado esto al sacerdote dice que “se trata de ir generando una conciencia distinta. Sé que hubo épocas muy duras en todo esto, donde por la forma de vivir la fe se señalaba demasiado. Todos tenemos cosas para señalarnos. Como decía Jesús, el que esté libre de pecados que arroje la primera piedra. Con esto no quiere decir que todo está bien en todos, y cada uno no tiene nada que señalarse, asimismo. Sino que, más allá de la forma que uno esté viviendo, sigue siendo amado por Dios. Yo creo que vamos haciendo un camino, en el cual vamos reconociendo las distintas realidades que hay en nuestra sociedad, en nuestra iglesia, en nuestra familia. Y no podemos dejar a nadie de lado porque no cierra en mi esquema. Jesús, Dios, sigue amándonos a todos. Hay que plantearse de qué manera colaboro en el plan de Dios para que nadie se sienta relegado por él”.