Taller Protegido Santa María

La entrevista con la Presidenta de este organismo, Carmen Adam, da cuenta de la marcha de esta institución, en este año atípico. 

“Esta es una hermosa institución, con un año muy particular, desde que asumimos. Tratando de llevarlo de la mejor manera posible”. 

Cuenta que “los operarios desde marzo no están yendo al Taller. Nosotros les estamos dando alguna actividad en forma particular. No se puede hacer mucho. Es un grupo al que le gusta estar trabajando junto, con su instructora. Los que tienen la oportunidad de llamarnos por teléfono y conversar un poco lo hacen. Pero todo tranquilo, sabiendo que, por ahora, no podemos hacer mucho más”. 

Por supuesto que los operarios extrañan el ir al Taller: “mucho” dice Carmen Adam, “uno se los cruza y preguntan cuándo se va a volver al Taller. Da mucha nostalgia, mucha pena. Porque no sabemos cuándo vamos a poder regresar. Porque el tema pasa por la patología de cada uno, que no podemos hacer que todos vayan al mismo tiempo. Lo que sí quisiéramos es que todos vuelvan al mismo tiempo al Taller Protegido. Que ese grupito de 13 operarios pueda trabajar y volver a estar juntos, que es lo que más se extraña”. 

Es que es un grupo de operarios, “que hace más de diez años que están juntos. Su trabajo y su compañerismo es lo que más extrañan”. 

Como Comisión, explica Carmen Adam, “todavía no nos hemos presentado ante ellos. Sí saben quiénes somos, porque todos somos de Santa María, y la mayoría de la Comisión son papás de los operarios, pero todavía no hemos hablado, no les hemos podido contar qué proyectos vamos a realizar como nueva Comisión. Por eso, el día que volvamos, va a ser como un volver a empezar”.

Ojalá que, vacuna mediante, el año que viene se vuelva en los primeros meses a la posibilidad del reinicio de actividades, en el espacio físico común y con la posibilidad de compartir con el otro, sin restricciones. 

Por otra parte, explica Carmen Adam que, en este tiempo de pandemia, “estamos haciendo pequeñas cosas, como Comisión. Hemos organizado alguna venta de kreppel y otras actividades. De provincia nos han mandado un subsidio, con el cual estamos solventando algunos gastos, como gas y luz. Les hemos dado alguna canasta de comestible a nuestros operarios. También hemos comprado alcohol en gel, termómetro y otros artículos, para cuando al regreso podamos estar ajustados a las normas, que seguramente vamos a tener que tener”. 

Por otra parte, se pusieron unas 30 plantas para el parque que rodea al edificio del Taller. 

Además, “el grupo de Concejales del Frente de Todos, en una visita que nos hicieron, nos preguntaron qué necesitábamos. Ahí les dijimos que una de las cosas que teníamos ganas de poner era el aire acondicionado, porque los chicos, en el verano, sienten mucho calor en la parte donde suelen trabajar. Eso fue en julio, y a principios de agosto nos llamaron y nos dijeron que nos llevaban el aire acondicionado. Así que, por suerte, tuvimos ese presente, que nos vino muy bien. Lo pudimos instalar. Cuando nos llevaron el aire acondicionado, en ese grupo, estaba nuestro recordado y querido amigo Oscar Durand. Yo preocupada entonces por los gastos y costos de la instalación, como siempre Oscar nos palmeaba la espalda y nos decía que no nos preocupemos, que todo se iba a solucionar. A los tres o cuatro días lo llamo y le digo que necesitábamos a alguien que nos coloque el aire, porque no teníamos a nadie que nos pasara un presupuesto acorde a lo que podíamos pagar. A los dos o tres días nos envió una persona con un cheque, con el monto de la instalación del aire. Nos quedamos como muy boquiabiertos porque el cheque tenía la firma de Oscar. Eran los trabajos en silencio, las colaboraciones generosas que él hacía. Por eso aprovecho esta oportunidad para contarlo”.