02/05/2019HISTORIA

Recuerdos de una Guerra que los argentinos no podemos olvidar

Se menciona a Alberto Arrieta de Coronel Suárez.

Al entonces 1º Teniente César Román al principio le pareció un vuelo más. Junto con el IAI M5 Dagger que pilotaba fueron alcanzando altura desde Puerto San Julián. Allí reinaba la paz, la tranquilidad, el silencio.

Pero tenía una misión asignada. Puerto Argentino era bombardeado desde el mar por barcos británicos y las tropas nacionales que lo ocupaban necesitaban ayuda.

No iba solo, el escuadrón "Torno" también estaba compuesto por Gustavo Aguirre Faget y Norberto Dimeglio. Parecía un vuelo más, algo rutinario, pero que después dimensionaría.

Luego vino el descenso, en un día de mucha nubosidad y con un paisaje en el que el gris protagonizaba la postal e iba poniendo a César en sintonía con el momento que iba a protagonizar.

Tenía 30 años y en casa lo esperaban Cristina, su esposa, y Martín Fernando, su bebé de un año, y a unos cientos de kilómetros 3 buques ingleses.

"Cuando uno dice 'un bautismo' es una primera vez. Teníamos miles de incógnitas", relata César 37 años después de aquel 1 de Mayo en el que la Fuerza Aérea Argentina tuvo su bautismo de fuego en el marco de la Guerra de Malvinas.

El vuelo a baja altura, pocos metros por encima del nivel del mar, buscando escapar de los radares los puso en posición de ataque para bombardear los barcos enemigos y tras producir importantes daños en las naves lograr que se desistieran y se retiraran.

"No sabíamos qué iba a pasar, teníamos un enemigo con tecnología superior a la nuestra", cuenta el ahora comodoro retirado en la previa al homenaje que en su Tandil natal realizan a la Fuerza.

"Regresamos los 3, por suerte y con la tarea cumplida: conseguimos que los 3 buques se alejaran del lugar y dejaran tranquila a nuestra gente."

Pese a que 3 son los nombres que figuran en ese bautismo, para que ellos llegaran allí un importante número de soldados de la clase '63 trabajó varias horas a consciencia y César los recuerda con afecto.

Y entre ellos había varios bahienses: Mario Orozco, Orlando Castía, José Loncón, Ignacio Barra, Ricardo Castro, Carlos Fernández, Miguel Igor y Mauricio Ojeda. También la zona se vio representada, entre ellos estaban; Roberto Jesen y Mario Pardiñas, de Tres Arroyos, y Alberto Arrieta, de Coronel Suárez.

"Nosotros habíamos llegado a San Julián a la mañana y en 4 horas los soldados tenían todo preparado para partir", los recuerda César con el que varios aún siguen en contacto.

"Esperamos que las Malvinas vuelvan a la Argentina, pero ya no por la vía armada, sino por la diplomática", aseguró el Comodoro retirado de 67 años y afirmó que de alguna forma la guerra para él "aún continúa".

"Anoche estuvimos en una vigilia y cuando llegaron las 12 cantamos la Marcha de las Malvinas."

Pero César no se queda en los recuerdos y piensa en las próximas generaciones: "Que los jóvenes investiguen sobre lo que pasó, a los veteranos nos hace muy bien porque son nuestros herederos en seguir defendiendo la causa para que se concrete lo que quedó inconcluso".

"El mundo sabe que vamos a seguir batallando para que las Malvinas vuelvan a ser de Argentina."

La Guerra dejó un saldo de 649 muertos del lado argentino durante el conflicto, aunque las muertes se prolongaron muchos años más y las heridas todavía persisten.

Fuente: La Nueva.