“Un déficit sensorial, motor, intelectual, se convierte en una discapacidad cuando encuentra un entorno en el que no hay posibilidades de desarrollarse y participar”

La primera parte del reportaje referido a la marcha de este año.

“Fue un año lleno de nuevas experiencias. Igualmente, en el balance, nosotras, que somos muy optimistas, lo encontramos positivo. Porque logramos relacionarnos con las familias y con los alumnos de otra manera. Tratando de mantener un vínculo y una comunicación que sea realmente efectiva y que pueda ayudar a los alumnos. También nos descubrimos haciendo actividades y propuestas que no nos imaginábamos, que no eran habituales en nuestra tarea. Y, en algunos alumnos o familias, con más dificultades, y en otras con logros importantes”.

Todos, por supuesto, con muchas ganas de volver a la presencialidad: “los alumnos de la escuela necesitan realmente el trabajo presencial. Hicimos un gran esfuerzo este año, pero sabemos que, en la presencialidad, esos aprendizajes se refuerzan y se logran de manera más adecuada. Se pueden llegar a utilizar metodologías que realmente los papás no conocen”.

Esta Directora dice que tuvieron contacto “con todas las familias cuyos hijos van a la escuela. Con la totalidad. Tanto sea por esfuerzo de las docentes, que muchas entregan en soporte papel la tarea, casa por casa, se hicieron video llamadas, llamadas telefónicas… muchas estrategias para estar en contacto con todas las familias. También por la entrega de bolsones, que nosotros, como institución, lo hicimos casa por casa. La verdad no tenemos una familia con la que no nos hayamos conectado. Sí es verdad que tenemos algunos alumnos que han respondido a la tarea pedagógica con más regularidad, y otros en los que fue más irregular o con mínimas intervenciones. Pero no hemos tenido ninguna familia desvinculada”.

Por otra parte, este jueves 3 de diciembre es el Día Internacional de las Personas con Discapacidad. Consultada Carolina Etcheverry, como Directora de la Escuela Especial, si se está logrando una ciudad, un distrito, una sociedad más integradora, indica que “todavía nos falta mucho camino, creo. Nosotros hoy casi ni hablamos de la discapacidad de nuestros alumnos, por más que seamos una escuela especial. Estamos plantados en un modelo social de la discapacidad donde las características propias de este alumno, en las cuales también puede haber un déficit sensorial, motor, intelectual, solamente se convierte en una discapacidad cuando encuentra un entorno en el que no hay posibilidades, en donde no hay formas en que esa persona pueda participar. Específicamente, en el entorno educativo, cuando esa persona no pueda aprender. Pero una sociedad más justa, una sociedad más inclusiva, involucra a todos los ámbitos. No solamente al educativo”. 

“Yo creo que, en el ámbito educativo, hemos hecho grandes avances. La mayoría de las escuelas están abiertas a trabajar y a que estos alumnos aprendan en sus escuelas. Eso, realmente, es un logro. Pero este avance educativo debe reflejarse en algún momento en un avance social. Y ahí es donde todavía tenemos muchas aristas en las cuales trabajar. Insisto, una persona es íntegra. Cualquiera de nosotros tiene muchas dimensiones en las cuales desarrollarse. Y una persona con discapacidad exactamente igual. Nos faltan más políticas públicas, nos faltan más lugares de trabajo que tengan que ver con el aspecto económico. Más participación social en eventos culturales. Valorizar a las personas, en otros aspectos que no sea, exactamente, en el que tiene el déficit. Más deportes en el que estas personas puedan participar. Realmente hay muchísimo por hacer, por seguir adelante. Hay un gran cambio social, en esto que nosotros llamamos diversidad. Hoy ser diverso es valorado positivamente. Y esto es una construcción permanente, sacándonos las etiquetas. Tenemos que llegar a pensar que somos muy distintos unos de otros, pero, igual, somos semejantes”.