16/03/2018 • EDUCACION
Profesora Nora Sosa.
Una muy buena hija adoptiva de esta ciudad: desarrolló con pasión su labor educativa como Profesora de Educación Física.
Nora está feliz, radiante, con la paz y la tranquilidad de quien siente el deber cumplido. Es que siempre desarrolló con mucho compromiso y alegría la labor docente en el área de educación física.
El 28 de febrero dejó esa tarea, ya que se jubiló.
Entrevistada por La Nueva Radio Suárez suma que “fueron 27 años en la docencia. Me jubilé el 28 de febrero, con ganas de jubilarme. Cuando cumplí los 49 dije que iba a iniciar los trámites para poder jubilarme, el 17 de febrero de este año cumplí los 50 y a fin de mes me fui”.
Relata que siempre trabajó en escuelas y también en el CEF. “Pasé por un montón de escuelas, sobre todo al principio, cuando uno se inicia. Comencé con el CEF en la Escuela N° 11, que era un cargo compartido con la Escuela N° 2, también por la Escuela N° 20, en la Colonia 1, la Colonia 3, en la Escuela N° 9, en la Escuela N° 1, en la Media N° 1, en la Media N° 2. O sea, que fueron un potpurrí mis comienzos, hasta que más o menos pude ir juntando las horas en los lugares donde a uno le agradaba, lo pude hacer, cosa que ahora se pone un poco más difícil”.
La mayor cantidad de años trabajó en la Escuela N° 9, que después pasó a ser EES N° 1, Extensión 1, con la escuela de El Relincho y con la EES N° 2 de Pueblo Santa María.
Por supuesto que le gustaba dar clase: “me encantaba. Lo que te da la docencia, sobre todo la parte de educación física, es tener otra visión del chico. Nosotros tenemos otro tipo de contacto, es donde se ve al chico en su plenitud, lo que es, donde no puede ocultar nada, donde se muestran todas sus sensaciones. Realmente uno lo disfruta y da clase con unas ganas inmensas”.
Profundiza estos conceptos diciendo que “el físico, el cuerpo, habla. Siempre. Y uno, si está atento a todo lo que pasa en el cuerpo de un chico, en las actitudes, en la forma de entablar relación con sus pares, cómo se adapta a un grupo o no, cómo juega, si se queda quieto, si pelea, siempre hay motivos detrás. Uno siempre sabe si algo le pasa, si está atento a todo esto. Entonces, a ese chico se lo trae aparte, le hablas, le decís y es un libro abierto. Los chicos necesitan que les presten atención”.
Claro que tuvo alumnos que le dieron trabajo. “No me olvido de nadie. Hay cosas de las que me suelo olvidar, pero de los alumnos no me olvido. Es el día de hoy que camino por la calle, los encuentro, ya son grandes, padres de familia la mayoría. No me olvido. Los que dan dificultades son los que más te acordas, pero también de quienes aprendes mucho. Son los que uno trata de tenerlos cerca, porque algún problema tiene. Y si uno tiene a ese chico controlado tiene a toda la clase controlada”.
Nora llegó a Coronel Suárez desde su ciudad natal, 9 de Julio, en la década del 90. Adoptó a esta como su ciudad.
“A lo último se me hizo un poco difícil la despedida. Pasar, pasamos de todo. Llegué en el año 90, yo soy adoptada por Coronel Suárez y realmente agradezco un montón que me hayan adoptado. Es una ciudad a la que quise y quiero mucho. Para mí es mi ciudad. En lo primero que trabajé fue en el CEF en la Escuela N° 11, compartido con la Escuela N° 2. Fueron años maravillosos del CEF, cuando estaba en su esplendor, donde cubría un montón de necesidades. Hoy en día está la Municipalidad cubriendo ciertos sectores. Éramos un grupo de profesores de educación física con muchas ganas de trabajar, con ganas de llegar hacia donde los clubes no llegaban. Eso era lo que hacía el CEF en su momento, con María Emilia Pellegrini como Directora, Darío Gómez como Secretario, y estábamos un grupo donde estaba el ‘Colo’ Schetizner, Julia Salotti, Antonio Santamarina, Gustavo Ferraro, Adriana Enecoiz, Marcelo Di Lorenzo. Queriendo que el deporte y la actividad física llegue a todos lados. Trabajábamos cubriendo las necesidades de distintos lugares. Fuimos pioneros en colonia de vacaciones, la hacíamos en el Balneario Municipal, recolectando chicos en un micro que recorría toda la ciudad, convencidos de los beneficios de la actividad al aire libre. ¡Era hermoso! También hacíamos actividad los fines de semana en las diferentes plazas de la ciudad, haciendo gymkhana”.
Una muy buena hija de la ciudad que la adoptó, Nora Sosa, desarrolló una tarea comprometida como profesora de educación física. “Siento un mimo en el alma; quiero darle gracias a Suárez por todo lo que me dio y me sigue dando”, dice Nora, en la despedida.
Hoy viernes, junto a Ana Bertucci, la comunidad educativa de la Escuela de Educación Secundaria N° 2 habrá de tributarle la merecida despedida.
El 28 de febrero dejó esa tarea, ya que se jubiló.
Entrevistada por La Nueva Radio Suárez suma que “fueron 27 años en la docencia. Me jubilé el 28 de febrero, con ganas de jubilarme. Cuando cumplí los 49 dije que iba a iniciar los trámites para poder jubilarme, el 17 de febrero de este año cumplí los 50 y a fin de mes me fui”.
Relata que siempre trabajó en escuelas y también en el CEF. “Pasé por un montón de escuelas, sobre todo al principio, cuando uno se inicia. Comencé con el CEF en la Escuela N° 11, que era un cargo compartido con la Escuela N° 2, también por la Escuela N° 20, en la Colonia 1, la Colonia 3, en la Escuela N° 9, en la Escuela N° 1, en la Media N° 1, en la Media N° 2. O sea, que fueron un potpurrí mis comienzos, hasta que más o menos pude ir juntando las horas en los lugares donde a uno le agradaba, lo pude hacer, cosa que ahora se pone un poco más difícil”.
La mayor cantidad de años trabajó en la Escuela N° 9, que después pasó a ser EES N° 1, Extensión 1, con la escuela de El Relincho y con la EES N° 2 de Pueblo Santa María.
Por supuesto que le gustaba dar clase: “me encantaba. Lo que te da la docencia, sobre todo la parte de educación física, es tener otra visión del chico. Nosotros tenemos otro tipo de contacto, es donde se ve al chico en su plenitud, lo que es, donde no puede ocultar nada, donde se muestran todas sus sensaciones. Realmente uno lo disfruta y da clase con unas ganas inmensas”.
Profundiza estos conceptos diciendo que “el físico, el cuerpo, habla. Siempre. Y uno, si está atento a todo lo que pasa en el cuerpo de un chico, en las actitudes, en la forma de entablar relación con sus pares, cómo se adapta a un grupo o no, cómo juega, si se queda quieto, si pelea, siempre hay motivos detrás. Uno siempre sabe si algo le pasa, si está atento a todo esto. Entonces, a ese chico se lo trae aparte, le hablas, le decís y es un libro abierto. Los chicos necesitan que les presten atención”.
Claro que tuvo alumnos que le dieron trabajo. “No me olvido de nadie. Hay cosas de las que me suelo olvidar, pero de los alumnos no me olvido. Es el día de hoy que camino por la calle, los encuentro, ya son grandes, padres de familia la mayoría. No me olvido. Los que dan dificultades son los que más te acordas, pero también de quienes aprendes mucho. Son los que uno trata de tenerlos cerca, porque algún problema tiene. Y si uno tiene a ese chico controlado tiene a toda la clase controlada”.
Nora llegó a Coronel Suárez desde su ciudad natal, 9 de Julio, en la década del 90. Adoptó a esta como su ciudad.
“A lo último se me hizo un poco difícil la despedida. Pasar, pasamos de todo. Llegué en el año 90, yo soy adoptada por Coronel Suárez y realmente agradezco un montón que me hayan adoptado. Es una ciudad a la que quise y quiero mucho. Para mí es mi ciudad. En lo primero que trabajé fue en el CEF en la Escuela N° 11, compartido con la Escuela N° 2. Fueron años maravillosos del CEF, cuando estaba en su esplendor, donde cubría un montón de necesidades. Hoy en día está la Municipalidad cubriendo ciertos sectores. Éramos un grupo de profesores de educación física con muchas ganas de trabajar, con ganas de llegar hacia donde los clubes no llegaban. Eso era lo que hacía el CEF en su momento, con María Emilia Pellegrini como Directora, Darío Gómez como Secretario, y estábamos un grupo donde estaba el ‘Colo’ Schetizner, Julia Salotti, Antonio Santamarina, Gustavo Ferraro, Adriana Enecoiz, Marcelo Di Lorenzo. Queriendo que el deporte y la actividad física llegue a todos lados. Trabajábamos cubriendo las necesidades de distintos lugares. Fuimos pioneros en colonia de vacaciones, la hacíamos en el Balneario Municipal, recolectando chicos en un micro que recorría toda la ciudad, convencidos de los beneficios de la actividad al aire libre. ¡Era hermoso! También hacíamos actividad los fines de semana en las diferentes plazas de la ciudad, haciendo gymkhana”.
Una muy buena hija de la ciudad que la adoptó, Nora Sosa, desarrolló una tarea comprometida como profesora de educación física. “Siento un mimo en el alma; quiero darle gracias a Suárez por todo lo que me dio y me sigue dando”, dice Nora, en la despedida.
Hoy viernes, junto a Ana Bertucci, la comunidad educativa de la Escuela de Educación Secundaria N° 2 habrá de tributarle la merecida despedida.