“Las costumbres, tradiciones y comidas trascendieron las fronteras locales”

“Si bien había habido una publicación de varios libros contando la historia, no lograban trascender cada localidad y esta fecha dio visibilidad nacional a los alemanes del Volga” contó Melchior, quien agregó que, a partir de la formación de esa Asociación, “se le dio visibilidad, un ente y representatividad a nivel nacional”, y comenzó un trabajo que, con el devenir de los años, fue creciendo y sumando mucha gente. 

En la actualidad, resaltó el escritor, “a raíz del trabajo de muchos, las costumbres, tradiciones y comidas trascendieron las fronteras locales para estar en mesas que no tienen absolutamente ningún contacto familiar con alemanes del Volga. Lo mismo sucede con algunas costumbres, como la Fiesta de la Cerveza y de la Carneada”.

Consultado sobre ellas, Melchior profundizó que se trata de festividades que se mantienen en la actualidad, quizás con algún cambio, y ejemplificó hablando sobre las calorías y cantidades que sus antepasados consumían, distintas a las que se habitúa ahora, por los conocimientos y cuidados en salud. Pese a ello, marcó que se trata de una celebración que se mantiene vigente. 

Del mismo modo, sobre la Fiesta de la Cerveza, “son muchísimas las personas o familias enteras que fabrican y comercializan muy buena cerveza casera” dijo Melchior, que profundizó que “son muchas las familias que han transformado la cerveza casera en un mini emprendimiento y hacen muy buenos productos. Son formas de rescatar y transformar tradición y, a su vez, revalorizarlas, transformándolo en un producto que da sustento y una forma de vida” opinó.

En esa línea, el escritor de los Pueblos Alemanes sostuvo que “hay tradiciones que se han ido, indefectiblemente, modernizando, por cuestiones del devenir del tiempo y las tecnologías. Muchas otras, particularmente ligadas a la Iglesia, se han perdido”, como las de los fieles difuntos, las de todos los santos. 

De ese modo, Julio César Melchior destacó que, “si bien las Kerb se siguen festejando, ya no tienen la pompa de cuando yo era niño”, aunque aclaró: “bienvenido que se sigan conservando, pero ya no son como antes, por una cuestión lógica generacional y económica. Antes sucedía que, cada familia, tenía, en promedio, diez hijos que volvían, en fiestas centrales, a sus casas con sus esposas e hijos. Implicaba trabajo, pero era otro el estilo de vida. Todos traían algo y se compartía lo que había”.

Sobre el cierre de la entrevista, el escritor indicó: “llevo 27 años trabajando y lo hago con mucho amor y dedicación. El trabajo que hago y cada logro y satisfacción, no es solamente para mí o mío, sino para mi familia, todo el entorno y descendientes de alemanes del Volga, y los que no lo son porque preservar la cultura de determinada colectividad es hacer y enriquecer la cultura nacional”.