“Todo lo que fuimos aprendiendo para la Neo quedó como herencia, y lo siguen haciendo” dijo Mónica Morales
Está jubilada de su labor como jefa de Enfermería de la Neonatología, pero cada vez que puede Mónica Morales participa en las actividades que se realizan en el Día del Prematuro, desde el Servicio en el que trabajó a lo largo de tantos años, en el que ayudó a marcar un camino, dejar una huella.
Recordó que en la Argentina se celebra este día desde el 2011. “Esto se da para visibilizar lo que es el prematuro y su familia; todo lo que se sufre tener un hijo prematuro. Es una parte de la pediatría, en la que hay que prepararse. Es el niño y su familia los que están involucrados. La enfermera tiene que capacitarse, adecuadamente, para realizar su tarea en este lugar”.
Explica que, si bien hay una especialización en enfermería neonatal, resulta cara y difícil de cursar, por eso, explica, “las más viejas, las que nos fuimos, tratamos de formar a las que se quedaron. Y están cumpliendo ese rol muy bien”.
Recordó que antes de que apareciera el Decálogo del Niño Prematuro, “nosotros sabíamos que era necesario incluir a la familia, no estaba escrito. Lo hacíamos empíricamente. La investigación demostró que la relación entre madre e hijo internado en la Neo empezaba con la leche materna, por eso está el Lactario”, explica.
Después se incrementó esto de la relación madre e hijo internado en la Neo a través de lo que denominan COPAP (que implica el Contacto Piel a Piel): “Todo lo que nosotros fuimos aprendiendo lo fuimos aportando y quedó como herencia en todas las enfermeras. Lo siguen haciendo muy bien. A los bebés les hace muy bien para su recuperación y desarrollo. Gracias a Dios lo heredaron muy bien. Creo que dejamos una muy linda Neonatología entre el Dr. Azpilicueta, con quienes nos fuimos casi juntos. Los dos jefes más viejos de la Neo. Quedaron cosas nuestras y ellos, los que trabajan actualmente, lo siguen haciendo”.
Un niño que camina, corre, juega, se ríe, se cae y llora, reclama atención, se entusiasma, es el resultado feliz de un buen trabajo en la atención de la terapia intensiva neonatal. “Nosotros los vemos sufrir, los vemos cuando están mal, en su momento de mayor sufrimiento. Cuando está independiente, que depende sólo de su mamá, nos hace sumamente felices. Que su mamá lo pueda atender, lo agarre por primera vez en brazos, sin todos esos cables, vivir eso es increíble” finalizó Mónica Morales.