¿Sabías que las enfermeras/os, a un paciente dormido, en la terapia, le hablan, le cuentan cada procedimiento, chistes e historias?

Quien nos contó esto es una querida enfermera de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Municipal. Escucharla puede sanar dolores de familiares de personas que han estado internados allí. 

Su nombre es Verónica Campos. Todos en el Hospital de Coronel Suárez, y especialmente en el área de la UTI, la conocen como “Verito”. Es enérgica, dispuesta y, sobre todo, alegre; una persona con muy buena onda, que mira el lado positivo de las cosas. 

Hace 8 años que es enfermera. La Terapia Intensiva, dice, es un área crítica. Pertenece a la primera promoción de egresados de la carrera de Enfermería que se dicta en el Instituto de Formación Docente y Técnica N° 48. Cuando empezó a trabajar, fue destinada al lugar donde está hoy. 

Dice que aprendió muchísimo en la cursada de la carrera, pero en el ejercicio “un montón, todo. Porque la verdad que lo que te da el estudio es el marco teórico; y lo que te da el trabajar con el paciente es aplicar lo que estudiamos. Pero la empatía no te la enseñan. El contacto que uno tiene con el paciente lo hace uno, trabajando”. 

Expresa que la empatía “es algo que nos sale de adentro. Es algo bien nuestro, que sale, y que no hay otra manera de poder trabajar si no tenés empatía con el paciente”. Eso hace que, en un lugar de trabajo crítico, se puede desarrollar la tarea con una sonrisa. “Yo creo que aparte de la empatía, también tiene que ver con esto la resiliencia que tiene Enfermería. En Terapia trabajamos mucho con eso, y creo que ni siquiera nos damos cuenta de la resiliencia que tenemos nosotros. Hay pacientes que ingresan muy críticos y, a la vez, hay pacientes que ingresan, están despiertos y a la vez necesitan esa sonrisa de nosotros. Salimos de un lugar a otro, y lo hacemos bien, muy bien”. 

Está convencida que ese buen trato, contener al paciente y a la familia, contribuyen de manera positiva a la curación. “Totalmente”, responde y agrega algo que vale la pena conocer: “Muchas veces los familiares nos preguntan si les pueden hablar. Muchas familias que se encuentran con el paciente que está totalmente dormido, inducido, se acercan a la cama y sólo lo miran. Y nosotros, a ese paciente, si bien está dormido, le contamos todo. Le decimos lo que le vamos a hacer. Todo procedimiento que le hacemos, se lo decimos, se lo contamos. Entonces, también le decimos a la familia: háblele, contales cosas lindas. Porque no sabemos si escucha, cuánto escucha. Nosotros lo hacemos y lo tenemos súper incorporado. Creo que ayuda y hace bien”. 

Verónica Campos dice que “es nuestro paciente, nuestro cuidado está puesto en él o ella. Por eso, tenemos la mayor predisposición. Eso es empatía. Aunque esté dormido, no nos escuche, es nuestro paciente, lo cuidamos y lo preparamos para cuando esté despierto. Le contamos cuando despierta que le hacíamos chistes y demás”. Consuela escuchar este relato, sobre todo para las personas que puedan haber tenido un familiar en la terapia, saber que ha estado así de cuidado. 

“Cuando un paciente se va es una felicidad terrible. Y cuando ya está en el momento de irse, nosotros nos damos el permitido de decirle: ¡te vamos a echar!, porque queremos que estén con la familia”.