Matrimonio o unión convivencial: ¿qué conviene legalmente? El abogado Juan Bautista Luqui lo analiza en el espacio “Derecho a Saber”

En una nueva entrega del ciclo “Derecho a Saber” de La Nueva Radio Suárez, el abogado Juan Bautista Luqui analizó una inquietud cada vez más común entre las parejas jóvenes: ¿qué conviene más legalmente, el matrimonio o la unión convivencial? Lejos de los formalismos o las cuestiones sentimentales, el enfoque se centró en la protección jurídica, patrimonial y familiar que ofrece cada figura.
“La mayoría de los chicos hoy no quiere casarse, pero no encuentro una explicación lógica. Son trabajadores, compran autos, casas, arman un patrimonio… ¿por qué no acceder a un régimen que les brinde seguridad?”, se preguntó Luqui, aludiendo a una tendencia que se consolida pero que, según afirmó, puede dejar desprotegidos a los miembros de la pareja y hasta a los hijos en común.
Unión convivencial: derechos limitados y sin herencia
Luqui explicó que la unión convivencial es reconocida legalmente como la vida en común entre dos personas con intención de estabilidad, pero no otorga los mismos derechos que el matrimonio. Incluso, para que tenga efectos jurídicos, debe haberse mantenido durante al menos dos años y, en caso de optarse por registrarla en el Registro Civil, conlleva un trámite similar al casamiento.
Sin embargo, el especialista advirtió: “Estar 5, 10 o 20 años en pareja no convierte mágicamente a la unión convivencial en un matrimonio. No hay herencia, no hay bienes gananciales, no hay derecho a permanecer en la vivienda tras el fallecimiento del otro”.
Y puso un ejemplo claro: “Una persona casada que enviuda puede quedarse de por vida en la vivienda familiar, aunque no sea dueña. En una unión convivencial, a los dos años puede recibir una notificación de desalojo”.
El riesgo de no proteger el patrimonio construido en pareja
Uno de los ejes más contundentes de la entrevista giró en torno a la falta de protección patrimonial en las uniones convivenciales. “Si una pareja compra una casa o un auto, y uno solo figura como titular, el otro no tiene derecho automático sobre esos bienes. Es como si fueran socios en una heladería: hay que probar con recibos o testigos lo que cada uno aportó”, señaló Luqui.
“Y si hay separación o fallecimiento, el que no figura como titular no tiene garantías. Por eso me sorprende que, con el esfuerzo que hacen los jóvenes para tener algo propio, no accedan a un sistema que los protege”, agregó.
Obra social, salud y decisiones críticas
Otro punto destacado fue el de los derechos en materia de salud. “Una persona en unión convivencial no puede tomar decisiones médicas por su pareja, ni autorizar tratamientos, ni decidir sobre donación de órganos. En el hospital no tiene voz ni voto”, explicó el abogado.
En cambio, dentro del matrimonio, esos derechos están garantizados por ley. “Además, la obra social también es automática para el cónyuge, mientras que en una unión convivencial hay que demostrar convivencia y tramitar cada incorporación”, indicó.
El divorcio hoy: un trámite ágil y sin obstáculos
Lejos de los antiguos procesos judiciales largos y conflictivos, Luqui aclaró que hoy el divorcio es un trámite simple, rápido y sin necesidad de justificar causas: “En el último que tramité, presentaron el escrito un miércoles y el jueves ya tenían la sentencia. No es verdad que sea engorroso”.
Por eso, consideró que la elección por la unión convivencial no responde ya a una cuestión de practicidad, y opinó que es hora de revisar las creencias culturales que aún persisten.
Una invitación a reflexionar
“La gente cree que al estar mucho tiempo juntos están casados. Incluso abogados me han dicho eso. Pero no es así. Y cuando pasa algo —una separación, un accidente o una muerte— es cuando se dan cuenta del vacío legal”, concluyó.
Con claridad y ejemplos cotidianos, Juan Bautista Luqui dejó en evidencia la importancia de asesorarse y elegir con conciencia el tipo de vínculo legal al que se accede. Y dejó una consigna abierta a los oyentes: “¿Por qué los jóvenes prefieren convivir y no casarse? Los invito a escribirnos y contarnos su mirada”.