HOYSOCIEDAD

“Derecho a Saber”: la adopción en la Argentina, un proceso complejo pensado para proteger al niño

En otra entrega del espacio “Derecho a Saber”, el abogado Juan Bautista Luqui abordó uno de los temas más sensibles dentro del derecho de familia: la adopción. Sostuvo que se trata de un proceso largo, complejo y profundamente humano, donde intervienen múltiples actores con un único objetivo: garantizar el interés superior del niño.

Luqui explicó que el primer paso es el Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos, donde las personas interesadas deben inscribirse y someterse a estudios psicológicos, socioambientales y económicos que llevan tiempo y se actualizan periódicamente. Aclaró que cualquier persona puede adoptar —ya sea soltera, casada, en unión convivencial y sin distinción de género— siempre que sea mayor de 25 años y residente en el país. Remarcó que no es posible la adopción por parte de extranjeros no residentes, ya que la legislación argentina no lo permite.

En cuanto al procedimiento, manifestó que antes de una adopción definitiva existe un periodo de vinculación, cuyo propósito es evaluar durante meses —y a veces años— la relación entre el niño y la familia. No hay plazos fijos, porque cada historia es distinta y porque “un mes no alcanza” para evaluar un cambio de vida tan profundo. La intervención del juez es acompañada por psicólogos, asistentes sociales y equipos técnicos que monitorean el proceso.

El abogado también habló de una realidad que muchas veces no se menciona: la mayoría de los niños en adoptabilidad no son bebés, sino chicos grandes, con historias difíciles y necesidades emocionales complejas. Por eso insistió en abandonar la idea de la adopción “perfecta”, recordando que no se trata de elegir un hijo como quien elige un objeto, sino de construir un vínculo con un niño real, con su pasado y sus vivencias.

Otro aspecto fundamental es que la ley garantiza el derecho del niño a mantener o reconstruir el vínculo con su familia biológica si así lo desea. Asimismo, Luqui advirtió sobre los mitos que circulan: no existen entregas privadas válidas, no hay intermediarios “que aceleran trámites” y cualquier procedimiento irregular puede generar graves consecuencias para todos los involucrados.

Por último, destacó el rol clave de las familias de tránsito, hogares que cuidan niños temporalmente mientras la Justicia define su situación. Es un trabajo invaluable, pero emocionalmente muy exigente.

Luqui recordó que, a pesar de las dificultades, la adopción es un camino posible y profundamente transformador. La sentencia definitiva equipara al hijo adoptivo con el biológico en todos los derechos. “Es darle a un niño desamparado la posibilidad de vivir en familia”, expresó, e invitó a quienes estén transitando este proceso a informarse, asesorarse y buscar acompañamiento profesional.