Carolina Sá, la increíble nadadora de aguas frías, entrena para un nuevo desafío para establecer un Récord Guinness
Se está preparando para cruzar a nado el cráter del volcán Corona del Inca, ubicado a más de 5 mil metros en la cordillera riojana. Por supuesto que en este desafío lleva la bandera argentina que tiene la firma de ex Combatientes de Malvinas y que le agregan siete kilos adicionales para nadar en un ambiente adverso: poco oxígeno y frío. De hecho, el desafío se piensa posterior diciembre, cuando se descongelen las aguas del cráter.
Esto se organiza entre las Secretarías de Deportes de La Rioja y Córdoba.
“Estoy muy feliz, llevo la bandera a lo más alto” dijo en una publicación por Instagram la nadadora, frase que repitió en una entrevista con La Nueva Radio Suárez, agregando: “Honramos a los héroes siempre, ¡no sólo en el 40 aniversario! ¡No debemos dejar que Malvinas sea silencio; Malvinas grita Patria!”.
“Juré que iba a llevar la bandera malvinera, esa de siete kilos que arrastro en cada nado, a lo más alto posible. Esto es para y por los héroes de la Patria. Por mis queridos Veteranos de Malvinas. Voy por el récord mundial, no es para mí, ¡es para elevar el nombre del soldado que fue a defender la patria!”, escribió a La Nueva Radio Suárez comunicando esta noticia.
Antes tendrá una previa: hacer lo que denomina el volcancito, una previa a Corona del Inca, cráter que tiene hielo también, más bajo por supuesto, y con menos dificultad.
En la entrevista con La Nueva Radio Suárez, Carolina habló de la práctica diaria que realiza. Cuando hicimos la nota había ido esa mañana tempranito a entrenar, con todo el frío, en Chamical, lugar de La Rioja donde vive. No ha perdido su amorosa tonada cordobesa.
“Al nadar en aguas heladas yo tengo que ambientar y todos los días me meto en un tambo, en el que mi marido me mete unas botellas de hielo una hora antes para enfriarla. Ahí me adapto en la temperatura, todos los días de mi vida. A las 5.30 o las 6 de la mañana yo estoy en el tambo, hasta las 7. Donde vivo no tengo pileta de natación, entonces entreno sí o sí en el dique o en el bebedero de mis vacas”.
Había entrenado, la mañana en que hicimos la nota, en el dique, se había largado a llover, regresaron a su casa helados, por lo que dice, “deseaba un chapuzón de agua caliente”.
Sobre el Récord Guinness para el que se prepara, relata que, desde la provincia de La Rioja, le propusieron hacer Corona del Inca, que es lo más alto de la cordillera riojana. “Se descongela para el mes de diciembre y ni bien se abra la capa de hielo lo vamos a nadar. No hay oxígeno, estamos a 5.600 metros. Es dura la prueba. El agua está a 1,5°, pero fuera del agua es 20° bajo cero. Pero el tema es el oxígeno. Vamos a ver si lo podemos hacer, estamos con los permisos”.
Dice que se puede subir a la cordillera en una actividad turística, “pero no bajar al volcán. Han cambiado las cosas. Así que estamos haciendo los permisos. La provincia decidió convocar a Guinness para que quede escrito en un récord mundial”.
Cuenta que la única persona que entró al volcán para hacer Guinness fue un buceador, que hizo el desafío con un traje de neoprene grueso. “Yo voy sin traje”. Pero no sólo eso, sino que invitó también, adelanta, a un amigo que era maratonista muy grave y quedó parapléjico. “Lo sumo a mis eventos y esta vez lo subo a él. Él de la cintura para abajo no puede mover sus piernas. Es Santiago Gutiérrez. Con él lo vamos a hacer, los dos” dice con plena convicción.
Su entrenador es su esposo, quien la conoce. Relata que con una mirada se entienden. Es en quien confía, porque sabe leerle las señales del cuerpo o las que le envía con los ojos, cuando está en un desafío.
Consultada si va a usar tanque de oxígeno, informa que “se lleva, porque lo exigen los seguros. Pero no, creería que no. De necesitarlo, me van a ofrecer el oxígeno que va a ir en un bote especial, que entra al agua”. Relata otro peligro posible: “Existen las tormentas blancas: vos podés estar arriba y en segundos, que no se pueden pronosticar, se viene la tormenta blanca, que es cuando bajan las nubes y es irrespirable. No hay oxígeno. Nosotros vamos a hacer algo con poco oxígeno, pero cuando pasa eso, directamente, no hay. Así que sí o sí tenemos que llevar oxígeno, para todos los que están”.
Cuenta que “no son muchas las personas que van a subir. El señor de Guinness, quien me va a acompañar Santiago Gutiérrez, mi entrenador (su esposo), el señor que me sigue en el agua, cuatro médicos que son especialistas en altura”. Se sube en 4x4 a la punta del volcán. “Para bajar tenemos que caminar 1,5 kms., porque no hay camino”.
La cadena montañosa está a 5.620 metros y el volcán está a 5.510 metros. A Santiago, dice, lo trasladarán en ese trayecto en una tabla de rescate. “No es fácil lo que estamos por hacer”. Y recuerda que en su pierna izquierda usa un arnés para caminar (resultado de una situación al nacer y de las posteriores intervenciones para mejorarle la movilidad del pie), de manera que, dice, “a mí me va a costar un montonazo también. Pero para eso estoy entrenando”.
Expresa que lo hace con mascarilla reductora de oxígeno. El entrenamiento es especial. “Porque no solamente me tengo que preparar al poco oxígeno, sino a la baja de temperatura. Me voy a tener que preparar para un lugar donde el oxígeno va a ser escaso, y donde voy a tener que recuperarme abajo, en el volcán. Porque no voy a poder caminar los 1.100 metros que hay hasta donde van a estar las camionetas”.
Carolina Sá, una mujer increíble, que a cada desafío que la vida le pone lo enfrenta con garra, convicción, firmeza. Preparándose para un desafío increíble. Allí estará cuando el cráter del volcán se descongele, buscando establecer un récord mundial. Llevando la bandera argentina firmada por Veteranos de Malvinas a lo más alto.