¡Bienvenido Mario querido! Es lindísimo verte de regreso, caminando por las calles de la ciudad
Mario Traboni está recuperándose de un trasplante de riñón, al que se sometió el 9 de junio pasado, en el Hospital Italiano de Buenos Aires, donde están los médicos que lo vienen atendiendo desde el año 2010, cuando recibió un trasplante de corazón.
De manera que Mario suma: “tres veces estuve al borde de la muerte; ¡tres veces!” Una vez en el 2010, cuando su vida peligraba y tuvo otra oportunidad a través de un trasplante de corazón;otra cuando en el 2020, el Covid lo tuvo a maltraer, con muchos días en terapia intensiva, los médicos avisando a su esposa e hijos que fueran a despedirse, porque se creía, no pasaba la noche. Pero superó ese cuadro, se recuperó. La secuela que le dejó el Covid fue una afectación en los riñones, por lo que estuvo en diálisis y entró al sistema de prioridad en lista de espera. Y finalmente, este año, en junio, un operativo exitoso de trasplante de riñón. Y aquí está, caminando por las calles de la ciudad. Hace unos días regresó, para continuar aquí con su recuperación. Se siente fuerte, que volvió a ser el de antes, con las mismas ganas, energía y garra.
“Nunca perdí la fe; menos la energía. Y los amigos que me apoyan, me llaman. Mis nietos, mis hijos. Eso me da una pila extraordinaria
“Está perfecto, Mario” dice su amiga desde hace unos cuantos años, Rosana Matitti. Y agrega: “Está tan bien, tan animado”. Ambos, cuando se encontraron hace unos días atrás, hablaron cosas extraordinarias, muy profundas. Como por ejemplo, que siente Mario, que debe tener una misión especial aquí en la tierra, para seguir regresando, luego de darse la mano con la muerte.
Rosana apunta: “Qué lindo y qué maravilloso amor que tiene Mario, encontrado en su señora, Susana (Schreiner).Una esposa, compañera, guía, amiga, alguien que lo reta, que está siempre, incondicionalmente. La guía de Mario es Susana. Y qué maravilloso es encontrar el amor en una sola persona, con todo lo que eso implica”. Hace 32 años que están juntos.
Aquí va el relato, en la voz de Mario Traboni, de lo que se puede englobar como una experiencia cercana a la muerte. “Fue cuando fui al quirófano para que me sacaran el catéter peritonial, y un catéter provisorio en el lado izquierdo y me pusieran una fístula en el brazo derecho, para hacerme hemodiálisis”. Relata que “en ese momento tuve un sueño hermoso, y también medio triste, luego de analizarlo”. Cuenta que se conocieron con Susana en una playa de Italia, en Macedonia. Cuando se conocieron tomaron una copa de champagne, a las 12 de la noche y juraron jamás separarse.
Cuando estaba dormido en el quirófano, soñó, sintió, “que estaba en esa misma playa, de bermudas, descalzo, vistiendo una camisa blanca. El sol estaba radiante, pero aparece una luz blanca que tapa la luz del sol, pero no encandila. Miro hacia mi izquierda y venían mis dos nietos caminando”. Se le quiebra la voz a Mario, cuando recuerda que “en ese momento, siento que Susana me abraza desde atrás. Miro hacia la izquierda y venían caminando mis tres hijos -Francesco, Giulia y Stephano-, sonriendo, me abrazaron. Ahí me desperté”.
Dice que le quedó “esa imagen hermosa”. Cuenta que después, analizando, viendo las fotos que Susana le sacó después de salir del quirófano, dio cabal interpretación al sueño.“Cuando salí del quirófano fui a un box. Me desperté y ví un sachet de sangre, casi terminando. Me volví a dormir. Me despierto de vuelta y vi un sachet de sangre, lleno. Pensé que me estaban pasando mucha sangre. Después me di cuenta por ese sueño y por la cantidad de sangre que me estaban dando, que estuve a punto de irme”, es decir, de morir.
Cuenta que vieron una foto que Susana le había sacado, al salir del quirófano. Ahí vio que tenía todo el pecho con moretones. “No le pregunté a los cirujanos, pero me di cuenta que hicieron algunas maniobras de recuperación. Yo me desperté del sueño, cuando el cirujano me gritaba, Mario!, Mario!, Mario!.Recuerdo que levanté el brazo izquierdo, indicándole que estaba bien, y ahí me volvía a dormir. Después me desperté en el box. Y ya de ahí, todo estuvo bien”.
Siente, que tiene una misión, hay que descubrir cuál es. “Con el trasplante de corazón estaba jugado, el corazón llegó el 1ero de noviembre del 2010. Si llegaba el 2 de noviembre, era tarde. Una enfermera me dijo, ´Mario, cuando vas al quirófano, pensá algo lindo, que te vas a despertar tranquilo´. Eso hice, pensé algo lindo, y me desperté tranquilo. Me costó recuperarme del trasplante del corazón, mucho. Pero bueno, sorteé eso, los médicos me atendieron de maravillas y después, con el Covid, fue algo raro. Tuve muchos sueños feos. Y el día que la llamaron a Susana para que venga a despedirse, ese día, me desperté”.
Mario Traboni está de regreso en Coronel Suárez; caminando por las calles de la ciudad, haciendo el ejercicio para fortalecerse que le indicaron los médicos. Está feliz, con energías renovadas, sintiendo que volvió a ser el de antes. Agradece al intendente Moccero, que dispuso el automóvil que los trasladó de urgencia cuando le avisaron del operativo de trasplante. Y agradece a todos los amigos, cercanos, familiares, que rezaron por su pronta recuperación.