29/08/2020SERVICIOS

Ana Elizaga, tarea de Bombera, a puro compromiso y vocación.

Es también Bombera Voluntaria en el Cuartel de Huanguelén, que abrió camino, hace 25 años atrás, en tiempos en que no son los actuales, decidiendo la incorporación de mujeres a su Cuerpo Activo. Toda una decisión en esos años.

Acaba de cumplir 25 años, fue integrante del grupo de las primeras 5 mujeres que se incorporaron a ese Cuartel, de las cuales, con el correr de los años, quedaron 2 –de ese primer grupo-, por lo que, junto con Patricia Vega, acaban de cumplir las Bodas de Plata en esta labor.

“¡Emocionante, 25 años! No lo puedo creer”, dice en el comienzo de una entrevista con La Nueva Radio Suárez.

“Es hermosa la labor. Al pasar de los años fue poniéndose como cada vez más lindo. Como todo va evolucionando, nuestra sociedad va cambiando, eso también fue cambiando. Creo que es verdad, Huanguelén fue uno de los primeros cuarteles en la provincia en tener mujeres Bomberas Voluntarias. Hace 25 años atrás, imagínense. Estar en un lugar donde se movían sólo hombres, fue difícil, muy difícil. Pero, pasaron los años y la verdad que las experiencias fueron hermosas. Uno fue ganando un lugar, fue consiguiendo compañeros y amigos. Y fue adquiriendo experiencia, gracias a los mismos compañeros que tenemos”.

Destaca Ana Elizaga a todos sus compañeros: “si no hubiera sido por ellos, que nos dieron un lugar, hace unos años atrás, y nos empujaron a estar a la altura de ellos, hubiera sido muy difícil también”.

Cuenta que “en el principio, nosotras limpiábamos y hacíamos papeles. Porque era muy difícil, una mujer que fuera a trabajar al campo, a un accidente, como un par de los varones. Porque la sociedad estaba así. Nos fuimos moviendo, a través de los años, como evolucionaba la sociedad. Ahora no hay diferencia. Creo que estamos logrando mucho. En mi institución puedo decir que estamos a la par, y nos consideran un igual”.

“Hay que ganarse el lugar”, dice Ana Elizaga, y explica: “para que una salida funcione la confianza es la base. Porque si vos no tenes confianza en el que está delante, detrás, alrededor tuyo, ahí los riesgos son mayores. Y la confianza se gana estando a la par, trabajando con ellos. Los compañeros nos enseñan cómo se maneja una motobomba, cómo se enciende un equipo electrógeno, cómo se arman las líneas. Todo eso lo fuimos aprendiendo a la par de nuestros compañeros; y ellos van viendo que uno lo puede hacer. Siempre digo que el salir con un compañero, atendiendo las emergencias, los incendios, me sirvió a mí para tomar confianza yo también. Así fuimos entrando, nos dieron lugar. Vieron que podíamos hacer todo y nos dieron el lugar que tenemos hoy en día. Hoy somos iguales”.

Expresa que hoy siente “la felicidad de decir lo logré, llegué, demostré que podía. Tenía un compañero que siempre me decía, ‘tranquila, que vas a ver que las cosas te van a salir, siempre vas a poder, pensa que tenes el apoyo de todos’. Eso me lo vino diciendo a lo largo de 15 años, creo. ¡Y es verdad! Con el tiempo uno demuestra que lo puede hacer. Y llegar a la meta, pensar que estuve 25 años –y todavía no me voy a ir, voy a estar un tiempo más- ¡es increíble, fantástico!”.

Agradece también el apoyo de la familia, “mi marido y mis hijas, si no hubiera tenido su apoyo, no hubiera sido fácil esta carrera bomberil”, resume Ana.