13/02/2021SEGURIDAD

“En el caso de Úrsula es el Estado el que falló”

Así lo dijo Letizia Tamborindeguy, Lic. en Trabajo Social y quien integra el equipo interdisciplinario de la Comisaría de la Mujer de Bahía Blanca, organismo que, como todas las Comisarías de la Mujer de la provincia, depende de la Superintendencia de Políticas de Género del Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires

Obviamente la consulta con esta profesional está destinada a plantear lo que faltó, lo que no se hizo, lo que llegó tarde, en el caso que terminó con el brutal femicidio de Úrsula, en Rojas. 

El victimario, Matías Martínez, es un integrante de la Policía Bonaerense, por lo que se investiga que hubo encubrimiento, decisiones tardías y denuncias que se pusieron en un cajón, sin darle el curso correspondiente. 

La Lic. Letizia Tamborindeguy dice que “en lo personal, esta situación me atravesó totalmente. Son situaciones en las que nosotros, los que trabajamos con las temáticas de violencia familiar y violencia de género, nos encontramos a diario, el pedido de ayuda. Las comisarías, muchas veces, son el primer eslabón de contacto entre las mujeres, que van a denunciar porque están atravesando situaciones de violencia. Generalmente, lo que uno critica cuando hay femicidios, es que no había denuncias previas, nunca nadie supo que estaba atravesando esas situaciones, entonces decimos que el Estado no pudo porque no sabía”. 

Pero, dice, “el Estado siempre tiene que poder. Siempre tiene que haber políticas que podamos aplicar para poder llegar a esas mujeres que no se animan, no pudieron o no tuvieron la posibilidad por miedo, por amenazas, por lo que fuere”. 

Agrega que “muchas veces, este tipo de situaciones, como es el caso de Úrsula, hace que las mujeres no quieran denunciar. En este caso, la seguridad tiene que ser la clave para poder garantizar el acceso a la justicia. Acá estamos hablando que ambas instituciones del Estado –Policía y Justicia- tienen que garantizar el trabajo desde una perspectiva de género, para poder garantizarle a esas mujeres el derecho a una vida libre de violencias”. 

Expresa que esta jovencita de Rojas, “hizo todo lo que tenía que hacer. Hizo todo bien. Pidió ayuda en todas las instituciones a las que tenía que pedirla. Avisó que estaba amenazada y temía por su vida –hizo 18 denuncias-, pero eso no alcanzó. Entonces es frustrante para quienes estamos dentro del sistema. Seguimos diciendo que siempre lo mejor es denunciar. Que una vez que ingresa en el sistema es mucho más fácil luego el abordaje para poder salir de esa situación de violencia, porque se activan todos los mecanismos y todas las instituciones. Pero, en este caso, quedó claro que no alcanzó, que minimizaron las denuncias. Tenemos una muerte que era totalmente evitable”. 

Refiriéndose a la estadística, dice que “el año pasado terminamos con 298 femicidios. Uno cada 29 horas. En el primer mes y medio del año tenemos un femicidio cada 25 horas”. 

Frente a esta estadística, “no tiene que haber margen para minimizar, cuando una mujer pide socorro. Hay que tomar en cuenta que el 70% de los femicidas son parejas o ex parejas. Con lo cual estamos hablando que la problemática es grave. En este caso había indicadores de altísimo riesgo, y que no se tuvieron en cuenta. El femicida pertenecía a una fuerza policial, quizá tiene acceso a otras fuerzas o instituciones, como fue lo que pasó, porque se investiga que el victimario tenía familiares dentro de la fuerza que hacían que estas denuncias no prosperaran. También la fuerza física, las amenazas, porque la había amenazado de muerte muchísimas veces. Entonces es el Estado el que falló, el que la dejó sola e indefensa. Ahí es donde tenemos que revisar nuestras prácticas. Es muy importante la reeducación, para que se aprenda a trabajar desde la perspectiva de género. Para aprender a valorar y a poder cuestionar esta desigualdad de las mujeres, asentada en construcciones sociales que vienen arraigadas a lo largo de muchas generaciones. Eso es lo que necesitamos cambiar” finalizó la Lic. Letizia Tamborindeguy.