10/02/2024SALUD

“Siempre los trastornos en la conducta alimenticia generan sufrimiento en las personas que los padecen”

En el marco del abordaje de los trastornos de la conducta alimenticia (TCA), la licenciada en Psicología Antonela Gros Aldecoa fue consultada a fin de extender y brindar información para el conocimiento y la prevención. 

“Cuando hablamos de trastorno, hablamos de algo que debería funcionar de una manera, pero funciona de otra y esa otra manera en la que lo hace no es saludable para la persona que lo tiene, o genera sufrimiento” comenzó aclarando la entrevistada, quien especificó que en éstos casos “el punto a tener en consideración no es sólo hablar de bulimia o anorexia como los trastornos más conocidos, sino la relación de la persona con la comida, su conducta alimentaria”. 

En ese punto, aclaró que no es lo mismo saltearse una comida porque se está en horario laboral o porque la persona no llegó a preparar algo -situación que a lo sumo genera hambre-, que el hecho de salteársela por miedo a engordar, sufrir y, en consecuencia, dejar de ir a eventos sociales por vergüenza de que nos vean comer, entre otras cosas. 

En ese sentido, Gros Aldecoa insistió en la diferencia para que se comprenda que hay una marca registrada en el TCA y es el sufrimiento: “Siempre hay una conducta predominante de acuerdo al trastorno que se tenga, que puede ser una reducción en la ingesta -que es lo más típico- o pueden ser conductas vinculadas a los atracones, es decir, la ingesta elevada en un corto período de tiempo, que va de la mano con una conducta depurativa como la actividad física excesiva, los vómitos o el uso de laxantes” aclaró.

Consultada al respecto, la profesional confirmó que se trata de un trastorno mayormente prevalente en la franja etaria adolescente, lo cual no quiere decir que no haya casos en las infancias o adultez: “Son casos crónicos y que llevan mucho tiempo de abordaje una vez que la conducta se estableció. Afecta mucho la cotidianeidad de la persona que lo padece y de su entorno” dijo, advirtiendo que son casos en que las consultas suelen darse por personas ajenas al padecimiento, por ejemplo familiares: “Lo único que la persona puede percibir es tener un cuerpo que sea agradable a la vista y suele minimizar las consecuencias” señaló la entrevistada, puntualizando que no son las personas que transitan el trastorno las que hacen un “click” y eligen consultar.

Además, agregó que en los casos en que la persona se da cuenta de que necesita ayuda es cuando está en situación de internación, aunque generalmente los tratamientos comienzan siendo ambulatorios por demandas del entorno. 

Así, sobre las señales a las que estar alerta, enlistó “observar la relación con la comida, la dificultad para poder mirar el cuerpo en el espejo, la obsesividad”.

Concluyentemente, Antonela Gros Aldecoa recordó que éste tipo de trastornos son una manifestación del sufrimiento: “Hay mucha información disponible y, en consecuencia, mucha habilidad para manejarlos” observó, sugiriendo estar atentos a los aumentos o descensos en el peso, la manipulación de las comidas, si se esconden alimentos o no.