22/09/2022SALUD

Revolución hormonal para todos: ¡La primavera es para todas las edades!

Parece que no solo es cuestión que las hormonas se revolucionan para los jóvenes, sino que mayor cantidad de horas de sol, la química en el cuerpo, atraviesa a todas las edades.

Esto es lo que explicó en una entrevista la Lic. en Psicología Antonela Gros Aldecoa, quien invitó a la gente a que, aprovechando los días más lindos, mayor extensión horaria de sol, salga a caminar, a tomar aire, a dejar que el sol le toque la piel, a socializar y “charlotear” con amigos/as, que esto es lo que hace bien, en definitiva.

En una entrevista con La Nueva Radio Suárez, Antonela dijo que “todo lo que sucede a nuestro alrededor–de la mano de la primavera- genera cambios internos y, del mismo modo, el hecho de que estos ciclos se repitan continuamente, desde que nuestra especie humana está menos evolucionada que ahora, ha hecho que nuestros sistemas de regulación internos también se hayan adaptado a esos cambios cíclicos”.

Explicó que lo que más conocemos es el cambio circadiano, el del día y la noche, “que nos regula nuestra función de sueño, nuestros niveles de cortisona en sangre, nuestros niveles de melatonina por la tarde. Pero también hay ciclos que son más largos, que duran un día y que tienen que ver con durabilidades o duraciones o ciclos anuales. Y durante la primavera hay varios estudios que reportan que cambian sobre todo nuestros niveles de algunos tipos de hormonas”.

Una de las hormonas que varían son nuestras hormonas sexuales, explica la Lic. Gros Aldecoa, agregando que “otros niveles que van variando son los neurotransmisores que regulan nuestro estado de ánimo”. Eso tiene que ver con “la exposición a mayor cantidad de horas de luz”.

Todo, insiste, “tiene que ver con la química interna, que responde a los cambios externos, pero que va preparándose para esos cambios, que saben van a suceder”. Y pone un ejemplo, indicando que, si uno recorre los campos, hay un montón de vacas con sus crías, “así como las especies tienen sus ritmos anuales, los humanos también”.

Más horas expuestos al sol, a través de la piel, con temperaturas más agradables, menos abrigados y más expuestos a la luz del sol directa, “hace que se produzcan mayores niveles de vitamina D, lo que activa el metabolismo, el que se había enlentecido en el invierno. Esto nos permite tener más energía para poder responder a mayor cantidad de actividad durante el día”.

Eso explica ese plus de energía que todos sentimos, dice la psicóloga entrevistada.

“Los seres humanos nos damos cuenta de lo que pensamos, de lo que sentimos. Eso nos puede generar muchos beneficios o muchos perjuicios. Si yo dijo ‘se viene el invierno, qué bajón, voy a sufrir’, me entro a pinchar de antemano. Le estoy dando la orden a mi cerebro que se viene una situación de riesgo, peligro, y el cuerpo se estresa. Y eso valores, que se incrementan de alguna sustancia y mejoran los estados de ánimo, cambian y los estados de ánimo se deprimen”.

Por lo que insiste que “son muy importantes los ritmos biológicos que ya vienen desde hace miles de años en nuestra humanidad. Pero también es importante, igualmente, cómo nos enfrentamos a eso, qué consciencia tenemos de eso y cómo hacemos para que eso no nos perjudique en nuestra vida cotidiana. Si somos conscientes que en el invierno vamos a tender a estar más resguardados del clima, si a eso, el instinto que me genera de meterme adentro y aislarme, pienso negativamente, respecto de eso, es como que le echo más leña al fuego. Por eso es muy importante ser consciente de lo que pienso respecto de las cosas, para poder moderar esas respuestas y que esos cambios hormonales y neurohormonales no generen condiciones psicopatológicas, si lo sostenemos en el tiempo”.

Consultada en torno si esto que describe es para todos los grupos etarios, ya que culturalmente se habla de la primavera y las hormonas en relación a los jóvenes, dijo que “si hay algo que podemos decir en salud mental es que no hay leyes universales posibles. Es decir, no solamente esto que decimos en términos tan generales cuando hablamos de la especie humana. Esto que tan sueltos decimos en torno a toda la especie humana, no podemos pensar que va a ser igual para todos los individuos de la especie humana. Por más que haya algunas variaciones para los niños, los adolescentes, los adultos, cada uno, individualmente, tendrá una vivencia diferente de esto. Un ejemplo: no es lo mismo ser alérgico que no serlo, en primavera”.

Ahondando en este concepto, la Lic. Antonela Gros Aldecoa indica que “los adolescentes, por su condición de vida, por su momento del desarrollo, tienen una sensibilidad mayor a los cambios hormonales, porque están en pleno auge de cambios hormonales y tienen además partes de sus cerebros que todavía no están completamente maduros o conectados, que tienen que ver con el control inhibitorio que está en el lóbulo frontal. Es decir, a ese momento del desarrollo le agregamos la primavera. A este nivel más elevado de hormonas sexuales, propio de la especie humana, en los adolescentes genera un poco más de efusividad todavía, porque vienen con un nivel mayor de hormonas liberadas por el momento propio del desarrollo, y además tienen menos control inhibitorio para la conducta. Entonces, les cuesta más frenar su conducta”.

De todas maneras, y luego de esta explicación clara, indicó que “la primavera sale para todos, sin duda. Y tenemos que saberla aprovechar. Somos seres sociales. Si la mayor exposición de la luz del sol nos da más ganas de salir, salgamos a buscar con otros, a estar con otros. Esa búsqueda de estar con otros, de compartir con otros, cada uno lo adecuará a sus deseos, posibilidades, gustos, antojos. Pero es muy importante compartir tiempo al aire libre con otros”.