Preocupa a los pediatras el uso excesivo de pantallas en niños y adolescentes
El médico pediatra Andrés Aguirre manifestó su preocupación por el uso cada vez más extendido y sin control de pantallas en niños y adolescentes, un fenómeno que –según explicó– trasciende edades y tiene consecuencias reales en la salud física, emocional y social.
“Las pantallas no son inofensivas”, sostuvo el profesional, al remarcar que en los últimos años se ha visto un incremento notable en las consultas por ansiedad, déficit de atención, depresión y soledad infantil. Señaló que los signos de alarma aparecen a edades muy tempranas: “Vemos chicos de un año o un año y medio que no hacen conexión visual, no saben interpretar gestos. Son niños que pasan muchas horas frente a una pantalla y pierden la posibilidad de interactuar, de mirar, de jugar”.
Aguirre advirtió que este fenómeno no se limita a los más pequeños, sino que atraviesa todas las edades. “Nosotros, los adultos, somos los primeros que debemos revisar nuestro propio uso del celular. Si no tomamos conciencia y establecemos límites, las pantallas nos terminan llevando por delante. Creemos que nos relajamos mirando el teléfono, pero en realidad nos estresamos más”, explicó.
El pediatra detalló estudios recientes que demuestran que al utilizar pantallas por ocio se elevan los niveles de dopamina y cortisol, las hormonas de la adicción y del estrés. “Eso hace que estemos más irritables, más distraídos, menos disponibles emocionalmente para nuestros hijos. Muchas veces los chicos buscan nuestra mirada y no la encuentran, porque estamos con el celular. Y esa falta de vínculo genera inseguridad y soledad”, expresó.
También señaló el impacto que la sobreexposición digital tiene en los adolescentes, con un aumento preocupante de los casos de depresión y conductas autolesivas. “En la Argentina, el año pasado hubo un promedio de un adolescente por día que se quitó la vida. Al principio se pensó que era consecuencia de la pandemia, pero los estudios demostraron que, lejos de disminuir, los casos aumentan y están relacionados con el uso de pantallas”.
Fijar momentos libres de tecnología
El profesional insistió en la necesidad de fijar momentos libres de tecnología: “No pantallas a la hora de comer, ni en los dormitorios. Se recomienda al menos una o dos horas antes de dormir desconectarse para permitir que el cerebro descanse. Y, sobre todo, hay que volver a los vínculos, a mirarnos, a escucharnos”.
A modo de reflexión, el doctor Andrés Aguirre dejó una frase que resume su mensaje: “Los chicos no hacen lo que decimos, hacen lo que hacemos. Si nos ven conectados todo el tiempo, ellos también lo estarán. Es momento de recuperar la presencia, de escucharlos con los ojos, de volver a estar realmente juntos”.
Una invitación, dijo, “no a sentir culpa, sino a tomar conciencia y reflexionar sobre cómo estamos usando las pantallas y qué tipo de vínculos queremos construir con nuestros hijos”.
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