“No tenemos que ser el dedito castigador de alguien que no hace las cosas correctamente, porque él tiene sus propios principios y patrones”

Lema, en principio, describió ésta estrategia como “muy poderosa” y agregó: “La educación es la fuerza que mueve toda la cultura, todo el andamiaje de la sociedad y lo pudimos comprobar en este 2020”.

Lo que Elisa Lema resaltó fue que “no hay una edad para aprender. Lo hacemos todos los días y en todos los niveles educativos”. Destacó, en esa línea, que “las chicas de los institutos trabajan sobre las ciudades educadoras, trabajan sobre los distintos ámbitos donde el joven pueda aprender, formal e informalmente”.

En consecuencia, reflexionó: “Que lindo sería tener un Coronel Suárez como la meca de la educación” y aseguró que, para ello, “tenemos todo, tenemos las escuelas, el personal y la sociedad. Porque, si vamos a otros pueblos de la Provincia, admiramos más nuestro pueblo, porque vemos que es limpio y educado, la gente no tira papeles en la calle. Realmente hay una educación muy grande y hay que potenciarlo”. 

Tras esa introducción, Lema aclaró que “la primera educación viene desde la casa. la primera formación en comunicación viene desde la casa”. En consecuencia, explicó que esa primera educación compartida “es lo que ellos traen”. 

Por eso -informó la Licenciada- “tenemos que generar estados internos de plenitud en el alumno, para que se muestre con diferentes estilos, tanto de aprendizaje como de educación” y dijo que “hay que trabajar de modo grupal porque, dentro de la programación neurolingüística, no tenemos que ser el dedito castigador de alguien que no hace las cosas correctamente, porque él tiene sus propios principios y patrones”. 

Para ello insistió en que “hay que educar al alumno a través de las conversaciones e intercambios con los demás”.

De todos modos, para alcanzar eso, Lema indicó que es importante que la buena comunicación se registre desde el seno del hogar, “porque es un patrón que los chicos van a llevar a la escuela”.

Se trata entonces de “un andamiaje del que todos vamos a participar porque se intercambian experiencias, que resultan enriquecedoras también para el docente”. 

Agregó Elisa Lema: “Tenemos que dar esas oportunidades para creer, primero en ellos, y para reconocer su pasado para poder replantearse su presente y su futuro, hablando de esa ciudad educadora, porque es un planteamiento que se puede hacer”.

Para trabajar con la programación neurolingüística en las escuelas -aclaró Lema- es necesario capacitar a los docentes: “Se irradia a las casas porque el chico va a decir ‘en la escuela nos comunicamos de esta manera’ o ‘en la escuela pensamos de esta forma’, y aprenden ellos que el error no es error sino oportunidad”.

Marcó entonces la importancia que recae de felicitar al otro, considerando que pueden existir múltiples factores que invadan o atraviesen las distintas situaciones. Por ejemplo: no juzgar y retar porque rindió mal un examen, sino preguntar qué pasó, cómo se siente y explicar.

En ese sentido fue que Elisa Lema agregó: “Nosotros pretendemos que los jóvenes sepan todo y no es así”, recomendando “tener una apertura para poder retroalimentar”.

Sobre eso resaltó que “no se trata de una pérdida de tiempo, sino de una ganancia”.