Ni una Menos: “Se trabaja para cambiar el paradigma de violencia”

A diez años de la primera movilización del movimiento Ni Una Menos, la comunidad de Coronel Suárez volvió a reunirse en la plaza San Martín para decir presente y renovar el compromiso colectivo por la erradicación de la violencia por razones de género. En la previa de la jornada, la referente del área de Género de la Municipalidad, Nerina Guarnieri, dialogó con La Nueva Radio Suárez y brindó un crudo panorama sobre la situación local: “Registramos un promedio de 45 denuncias mensuales. Es un número que duele y nos obliga a seguir trabajando todos los días”.

La actividad se desarrolló en el centro de la ciudad, convocada por el Área de Género de la Municipalidad y la Mesa Local Intersectorial con una fuerte convocatoria a la comunidad, incluyendo a comercios que se sumaron al apagón simbólico realizado a las 18:30. Hubo palabras de reflexión, danzas conmemorativas y un emotivo encendido de velas al pie del Monumento a Isidoro Suárez, donde se colocaron figuras con los nombres de las víctimas para visibilizar los más de 100 femicidios registrados en lo que va del año en el país. Además, la fachada de la Municipalidad fue iluminada con el color violeta, símbolo de la lucha por los derechos de las mujeres y diversidades.

“Hace diez años, también estábamos en la plaza, porque este es el lugar de encuentro, de lucha y de memoria”, recordó Guarnieri. “Hoy, además de exigir el fin de los femicidios, estamos acompañando muchas otras luchas que atraviesan a las mujeres: contra la precarización laboral, en defensa de la salud y la educación públicas, por las jubiladas, por las trabajadoras del Garrahan. La violencia de género no es un hecho aislado: es parte de un sistema de desigualdades que debemos desmantelar”.

Consultada sobre las principales problemáticas detectadas desde el área de Género, Guarnieri sostuvo que la violencia afecta a todos los estratos sociales, aunque en ciertos grupos es más difícil visibilizarla o denunciarla. “Muchas veces las personas que se acercan a nuestros servicios llegan atravesadas por múltiples problemáticas. Hay mandatos, prejuicios y patrones culturales muy arraigados que impiden expresar el dolor, contar lo que pasa o pedir ayuda. Y eso también es violencia”, explicó.

En ese sentido, destacó la importancia de la Educación Sexual Integral, la Ley Micaela y las políticas públicas construidas a partir del primer Ni Una Menos en 2015, pero advirtió que no se puede bajar la guardia. “Falta muchísimo. Lo que logramos hasta ahora son herramientas importantes, pero insuficientes si no se sostienen en el tiempo. La formación con perspectiva de género en todos los niveles del Estado debe ser una política continua y no una excepción. Hoy vemos retrocesos y discursos de odio que se propagan con facilidad, incluso desde lugares de poder. Por eso más que nunca tenemos que estar en la plaza y decir fuerte: ni una menos”.

Guarnieri valoró también el cambio cultural que se empieza a notar, con expresiones de violencia simbólica que ya no se toleran como antes, y una sociedad que cada vez reconoce más señales de alerta. “Hoy sentimos que cuando hablamos se escucha, que los medios transmiten nuestros mensajes con claridad y responsabilidad. Eso también es un avance, aunque sabemos que aún no alcanza. La violencia de género no se termina con una fecha ni con una consigna: se erradica con compromiso, empatía y decisión política sostenida”, concluyó.