Morir de rabia: una amenaza del pasado que vuelve (Clarín)

Una joven de 33 años murió en Coronel Suárez tras ser mordida por un gato con rabia. Fue el primer caso en 13 años. Con la pandemia bajó la vacunación de perros y gatos. Qué hacer tras el ataque de un animal. Hoy es el Día Mundial contra la Rabia.
Debilidad en los brazos, alteración de la sensibilidad, intolerancia a la luz, dolor de cabeza, excitación. Los síntomas fueron agravándose con el correr de los días y no encontraban causa aparente.
El antecedente de la mordedura del gato, ocurrido un mes antes, apareció cuando ya era muy tarde para salvar la vida de la mujer de 33 años, del municipio bonaerense de Coronel Suárez, que se convirtió en el primer caso de rabia humana desde 2008 en el país y el tercero en los últimos 20 años.
La rabia tiene una letalidad cercana al 100% una vez que, como ocurrió con la mujer, empiezan a manifestarse los síntomas neurológicos.
Pero también es totalmente prevenible por dos factores que contribuyeron a reducir su incidencia en las últimas décadas: la vacunación masiva de perros y gatos y el suministro de vacuna humana como parte de la profilaxis post-exposición a las personas que sufren mordeduras potencialmente rábicas.
El éxito de esas estrategias hizo que la rabia sea considerada por muchas personas como un problema del pasado. Pero dejar de percibirla como un riesgo favorece la relajación de las medidas que contribuyeron a su control.
El fallecimiento de la mujer de Coronel Suárez, el del chiquito de Jujuy en 2008 mordido por un perro y la muerte de Corrientes en 2001 por la mordedura de un murciélago hematófago son casos infrecuentes que, cada tanto, alertan de la manera más trágica e irreversible que la rabia es hoy una amenaza no eliminada.
Tres muertes en 20 años
"Solo puede haber una consecuencia positiva de este desgraciado caso: que sirva como experiencia, reforzando las medidas necesarias para que no vuelva a ocurrir". Así concluía una publicación de 2009 en la revista Medicina que analizaba la muerte del nene de Jujuy.
Pero volvió a ocurrir.
"Un caso de rabia humana representa una debilidad en el sistema de salud debido a que existen herramientas para prevenir la enfermedad", dice a Clarín el virólogo Daniel Cisterna, investigador principal en el Laboratorio Nacional de Referencia de Rabia, en el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas (INEI) - ANLIS Malbrán y uno de los autores ese artículo, cuyo cierre hoy se reactualiza.
"La mujer mordida por un gato callejero no pudo recibir a tiempo la profilaxis (vacunación) post-exposición que habría podido salvar su vida debido a que concurrió muy tarde a consulta médica, a más de un mes de haber sufrido la mordedura, cuando la presencia de sintomatología nerviosa, que se fue agravando hasta llegar a los signos típicos de la encefalitis rábica, hacía inevitable el desenlace fatal", afirman la médica Silvia Cosido, jefa de Profilaxis de Rabia Humana del Hospital Durand, y la veterinaria Liliana Ramayo, ex jefa de la División Productos Biológicos del Instituto de Zoonosis Luis Pasteur.
Y agregan: "Este caso es un ejemplo elocuente de la importancia de concurrir al médico en el menor plazo posible luego de ser mordido por un animal susceptible de transmitir la rabia, a fin de que el profesional evalúe el caso y disponga de los procedimientos más apropiados. La rabia es una enfermedad mortal, pero puede ser prevenida por una vacunación post-exposición efectuada a tiempo".
Para Cisterna, uno de los aspectos en los que se manifiesta la falla del sistema sanitario es en la falta de concientización respecto del riesgo vigente que representa la rabia, una enfermedad que, por sus características, no puede ser erradicada.
"Se piensa en la rabia mucho tiempo después, porque no se la considera una enfermedad de importancia. La persona no concurrió porque no estaba consciente de que existe todavía rabia en los murciélagos ni del riesgo de no concurrir a un servicio para recibir la atención correspondiente", dice.
Fuente: Clarín