Guillermina Alebuena destacó la importancia de los cuidados paliativos en la previa al Día Mundial del Terapista Ocupacional

En el marco del Día Mundial del Terapista Ocupacional, que se celebra el 27 de octubre, La Nueva Radio Suárez dialogó con Guillermina Alebuena, terapista ocupacional especializada en cuidados paliativos, quien compartió su recorrido profesional, la evolución de esta disciplina y el rol fundamental que cumple la terapia ocupacional en el acompañamiento de personas con enfermedades crónicas o limitantes.
“Fue un flechazo directo al corazón”, recuerda Guillermina al hablar de su primer acercamiento a los cuidados paliativos hace 19 años, cuando aún era estudiante universitaria. “Escuché una charla sobre el tema y supe que quería dedicarme a eso. Tiempo después, recién recibida, vi un aviso en el diario para un puesto en el Hospital Alemán. No tenía experiencia, pero fui sincera, y me tomaron justamente por eso. Así empezó todo”, contó.
A lo largo de su trayectoria, Alebuena fue testigo de cómo los cuidados paliativos dejaron de asociarse exclusivamente al final de la vida para convertirse en un enfoque integral que busca mejorar la calidad de vida de pacientes con enfermedades graves, no necesariamente terminales. “Antes se pensaba que los cuidados paliativos eran sólo para el momento de la muerte, pero en realidad acompañamos a personas desde el diagnóstico, tratando el dolor, los síntomas físicos, el aspecto emocional y espiritual, y también apoyando a la familia”, explicó.
En ese camino, la profesional participó en la redacción de la normativa nacional de cuidados paliativos, donde junto a colegas definieron por primera vez el rol del terapista ocupacional dentro de los equipos interdisciplinarios. “En 2008 escribimos las funciones del terapista ocupacional en esta área, cuando apenas éramos cuatro en todo el país. En 2016 se aprobó la normativa y ahora volverá a actualizarse, porque todo evoluciona, también las herramientas y los enfoques”, señaló.
Para Alebuena, la terapia ocupacional cobra un sentido profundo en este campo: “Nuestra tarea es ayudar a las personas a reconectarse con sus proyectos de vida. Cuando llega la enfermedad, se altera todo lo cotidiano: trabajar, estudiar, jugar, cuidar. Pero los cuidados paliativos enseñan que siempre hay algo por hacer, que la vida sigue teniendo sentido y valor hasta el último día”.
Cuando parece que no hay nada por hacer, en realidad hay mucho por hacer
“Mientras otras especialidades a veces le dicen al paciente que ya no hay nada más por hacer, en cuidados paliativos aprendí que hay mucho por hacer —expresó Guillermina Alebuena—. Hay mucho por hacer por la persona, por su enfermedad y por ese proyecto de vida que continúa, incluso en el final de la vida. He acompañado pacientes que, aun sabiendo que se iban a morir, pudieron cumplir sueños, encontrar sentido y sacarle jugo a la vida hasta el último momento”.
Finalmente, la terapista resaltó la necesidad de mayor reconocimiento profesional y formación continua en esta especialidad: “El terapista ocupacional debe estar presente en los equipos de salud. Tenemos mucho para aportar en la atención integral de las personas. Y en paliativos, más aún, porque se trata de acompañar desde la empatía, el respeto y la dignidad”.
Guillermina Alebuena representa una voz comprometida y apasionada dentro de su profesión, que en este nuevo Día Mundial del Terapista Ocupacional recuerda el valor de mirar al otro desde la humanidad, más allá del diagnóstico.