“El consentimiento no es uno y único al inicio de la relación sexual, sino que yo tengo la posibilidad de consentir cada conducta”

Ana Garippe, licenciada en Psicología y especialista en Educación Sexual Integral (ESI), profundizó sobre la violencia sexual en la adolescencia, que describió como “compleja” e invitó a reflexionar cómo pensamos este tema.
“Lo que está más en conocimiento de la gente es el abuso sexual” comenzó la Psicóloga, que alertó que “muchas veces hay conductas, en las relaciones sexuales, que tienen que ver con la violencia y no son justamente abusos”.
Refirió al proceso de educación que nos da el contexto cultural y agregó: “Pensaba en canciones, que son muy divertidas y a todos nos gustan, pero transmiten mensajes que las personas escuchan desde que son niños”.
Al respecto, destacó la importancia de poder hablar con los niños y los adolescentes sobre qué mensajes dan esas canciones, aunque agregó que “aprendemos a través de los mensajes que nos brinda la sociedad en general, de las publicidades, de las imágenes, de la moda”.
En ese sentido, resaltó lo importante de poder hablar con los jóvenes sobre los mensajes que tienen que ver con poseer al otro, con someterlo y verlo como un objeto de goce y sometimiento: “En el someter al otro la persona está ganando popularidad o placer. Son mensajes que todos escuchamos”.
Ana Garippe destacó que “es importante que los niños y adolescentes entiendan que hay varias cuestiones a pensar”. Entre las primeras desestimó la que asegura que, si una persona accedió a tener una relación sexual, todo lo que suceda está bajo el consentimiento: “No es así porque cada práctica puede ser placentera, o no, para cada persona. Entonces, el consentimiento es de cada práctica” explicó y marcó que “haber consentido una relación sexual no significa que todo lo que quiera hacer el otro yo quiera hacerlo”.
En ese punto, remarcó la importancia de que los adolescentes puedan detectar qué conductas les generan placer y cuáles no, y saber que a esas que no es importante negarse y que, si el otro avanza para realizarlas igual, “se trata de una violencia y, en muchos casos, de una violación”.
De ese modo, Garippe apuntó a que “las mujeres muchas veces se han encontrado pensando, por ejemplo, en un matrimonio de toda la vida, si estar casada significa que siempre tiene que acceder”. Sobre lo que respondió que no y que más bien “tiene que ver con las ganas del encuentro con el otro. Tiene que ser consentido”.
Consultada al respecto, la profesional destacó que, “muchas veces, a los adolescentes les da vergüenza o les cuesta hablar con los familiares más directos. Pero es importante que sepan que, si hay una relación de confianza y cuidado construida, siempre es importante charlar de esto, porque los limites los vamos construyendo a medida que vamos creciendo”.
Entonces agregó que, si nos encontramos en medio de una situación que no supimos manejar, “charlar con un adulto o un profesional en las asesorías que ofrece el Sistema de Salud público siempre es importante”. Hizo hincapié en que “el adulto que cuida es con quien hay que tener esta conversación para ir encontrándose a uno mismo”.
Y explicó que “los adolescentes van construyendo su propia sexualidad en el encuentro con los otros. Entonces, poder delimitar qué cosas me gustan, qué cosas no y qué personas me hicieron sentir bien o me respetaron y qué personas no. Pero el consentimiento no es uno y único al inicio de la relación sexual, sino que yo tengo la posibilidad de consentir cada conducta”.
En ese punto, aseguró que se trata de una cuestión que excede la edad. Pero, sobre todo, marcó que, “muchas veces, el otro no sabe que está ejerciendo una violencia y es importante marcarle que no hace bien, no gusta o no se quiere”.
En ese punto, agregó que “se está avanzando mucho en pensar las nuevas masculinidades y la posibilidad de repensar la posición de la imagen del varón que es fuerte, que nunca llora, que nunca se siente mal y tiene un poco vedado el acceso a las emociones”.
Remarcó entonces que “no hay una masculinidad que esté bien” y aseguró que todas generan mucho peso en los varones y también en el acceso a las primeras relaciones sexuales, “donde hay muchas fantasías en relación a la masculinidad sobre el ser potente, poseer, tener que rendir siempre al máximo, entre otras”.
Apuntó a deconstruir, a través de la charla, todas esas ideas, a fin de construir una sexualidad más sana.