Dengue: un viejo conocido, un nuevo desafío
El pasado miércoles tuvo lugar la cuarta edición de la Jornada de Enfermedades Zoonóticas, Endémicas y Emergentes y la bioquímica Karina Watralik disertó sobre una patología que pone a toda la población en jaque, sobre todo en temporadas de altas temperaturas con la aparición de los mosquitos.
“Quienes trabajamos en las Zoonosis Rurales hace aproximadamente treinta años nos venimos preparando para la llegada del dengue a la provincia de Buenos Aires. En Argentina, algunas provincias han sufrido varias temporadas epidemiológicas, pero en la Provincia ya llevamos la cuarta y cada una es superior a la anterior en aumento de número de casos, de hospitalización y de localidades” comenzó diciendo la profesional entrevistada, quien destacó que la última temporada ha sido superior en un 300 por ciento: “Tenemos aumento de fallecidos, entonces hay una serie de variables a tener en cuenta, como que el mosquito transmisor lo es también de otras enfermedades graves de las que ha habido brotes en distintos puntos” dijo, agregando que el dengue tiene cuatro serotipos de los cuales ya se presenciaron tres: “El manejo de esta enfermedad en las Américas nos va dando una idea del comportamiento que vamos a tener en Argentina y en nuestra Provincia” señaló, agregando que “ya está habiendo circulación de los cuatro serotipos en las Américas”, por lo que están preparándose para lo que pueda suceder.
De ese modo, concluyentemente, recordó que cuando una persona ya ha sufrido dengue con un serotipo y vuelve a contagiarse con otro, “puede tener complicaciones y podríamos estar en presencia de un dengue hemorrágico, donde el grado de asistencia es peor y la hospitalización es mayor”.
En consecuencia, afirmó que el trabajo que queda por delante debe ser superior e intentar, ahora, hacer foco en la eliminación de cualquier criadero y eso se hace eliminando cualquier cacharro que pueda acumular agua o limpiando cada rincón en donde puedan crecer las larvas. Lo mismo ocurre con el tarro de agua de las mascotas o las macetas y los platos que suelen colocarse debajo de éstas: “No hay que pensar solamente que un criadero de mosquitos lo vamos a tener en una cacharrería, sino en el jardín de nuestra casa, por ejemplo en las canaletas o floreros donde tengamos un gajo echando raíz” cerró Karina Watralik.