10/09/2020SALUD

Cómo sacarse los kilos de más, producto del contexto de pandemia.

Para encontrar respuesta a esta inquietud entrevistamos a Daiana Frittayón, Licenciada en Nutrición.

“Esta pandemia hizo un cambio de rutina, de hábitos. Un 80% de la población, en esta pandemia, aumentó de peso. Y el 60% de la población tenía, previamente, sobrepeso u obesidad. Influenció mucho en los niños también, que no están haciendo actividad. Es que están mucho tiempo acotados, sin actividad, mirando tele, con el celular o conectado a las pantallas”.

Frente a tantas cuestiones negativas, “lo bueno es que mucha gente se cocina más en la casa, quizá tiene más tiempo para elaborar. Al no tener que llevar los chicos a la escuela, a hacer algún deporte, se cocina más. No sé si mejor, pero sí más en casa, más elaborado. El tema es que sea una cocina saludable. Hay opciones para hacer recetas ricas, incorporando frutas y verduras”, explica.

¿Alcanza solamente con modificar los hábitos alimentarios para bajar de peso? Responde la Lic. Daiana Frittayón que “hay que tomar en cuenta los tres pilares: la alimentación, la actividad física y también el manejo de emociones. Porque muchas veces el picoteo, la ansiedad, la tristeza por no saber qué va a pasar, genera esa ansiedad y esas ganas de comer”. 

Invita a hacer rutinas de algún ejercicio en el patio de las casas, lo que surge con los envíos de los profesores de educación física para los niños y con destino a las familias también. 

“El tema es la voluntad para hacer esa actividad”, dice la Lic. Frittayón.

Sobre el manejo de las emociones, expresa que “hoy en día se está observando que si uno no tiene un apoyo psicológico… porque a veces, no es un atracón, porque vi la torta y me pareció rica. Sino que el atracón viene aparejado por la ansiedad, tristeza, depresión y angustia. Hay que manejar esas emociones, para poder manejar la comida. El problema no es la comida, es algo a nivel psicológico”.

El recurso “es, primero, tomarse un vaso de agua. Y después pensar si realmente es hambre o es ansiedad. Porque muchas veces el hambre se confunde con la sed. Frenar, hacer un stop, para tomar consciencia. Porque si deja correr el impulso, come lo que encuentra en la heladera y después siente la culpa por haberlo comido”.

Se trata de preguntarse si uno tiene hambre o sed. “Es como empezar a escuchar nuestro propio cuerpo. No es una máquina que uno lo alimenta continuamente. Preguntarse y estar más pendiente de uno, no hacer todo tan mecanizado”.