Coherencia emocional: ¿qué es y cómo trabajarla?

La acompañante en bioneuroemoción y especialista en biodescodificación Gabriela Weisgesber explicó que tiene que ver con “pensar, sentir y hacer la misma cosa”.
Agregó que, “por lo general, uno tiende a pensar algo y hacer lo contrario a lo que piensa”. Al respecto refirió que puede tener que ver con una cuestión de compromiso social o con las personas que nos rodean: “Tenemos que buscar estar en coherencia y para eso hay que sostener lo que pensamos, lo que sentimos y lo que hacemos, de la misma manera”.
Adjudicó que, “si salimos de la coherencia, aparece la enfermedad” y, en ese punto, profundizó que, “cuando uno empieza a acumular síntomas, sensaciones y pensamientos, aparece el síntoma físico”. Lo que lleva al tema de poder perdonar. Sobre eso Weisgesber planteó que “no estamos obligados a perdonar, pero no hacerlo nos puede perjudicar aún más que aquello que nos lastimó”.
En ese punto, la entrevistada citó una frase de Buda: “El rencor es como tomar veneno y esperar que se muera la otra persona”. A partir de ello, resaltó la incoherencia que representa esperar que el otro cambie para sentirnos mejor.
“Ser coherente habla de tomar una situación que nos lastimó y perdonar. El perdón es liberador. Al poder liberarnos, lo que conseguimos es estar en paz y eso nos hace vivir más relajados” explicó Gabriela Weisgesber que, en esa línea, agregó que “esto nos lleva a vivir en la coherencia y no porque perdonemos estamos obligados a sostener una relación, un vínculo o una situación”.
Indicó entonces que, “si no perdonamos, lo que hacemos es sostener el enojo y eso nos domina. Salimos de la coherencia”.
Al respecto, reconoció que se trata de un trabajo progresivo, pero que lo importante “es no juzgarnos a nosotros mismos”.
Consultada sobre qué cosas pueden confundir e impedir, consecuentemente, alcanzar esa coherencia emocional, Weisgesber respondió de modo contundente nombrando las creencias y la educación que recibimos: “A los chicos se los condiciona desde muy chicos diciendo que si lloran son débiles. Entonces cuando ese varón tiene una situación difícil o dolorosa no puede manifestar la tristeza porque es débil y eso nos condiciona”.
Indicó Weisgesber que “ese tipo de cosas nos van condicionando”. En consecuencia, la entrevistada apuntó que la importancia recae en sincerarnos con nosotros mismos, sin que nos interese la mirada del otro.