12/09/2018 • SALUD
Atención: el estrés puede ser muy nocivo para la memoria.
La consulta fue para la Psicóloga Vanesa Gallardo, quien este lunes, en el marco de la Semana de la Salud, se refirió a los olvidos del cerebro y cuándo darle importancia.
“La ansiedad, la depresión y el estrés suelen ser muy nocivos para la memoria. Cuando hablamos de olvidos, o de algunos problemas que pueden aparecer en algún momento, no sólo pensamos en enfermedades degenerativas, como las demencias, sino también uno tiene que pensar en la ansiedad, la depresión, como patologías que pueden afectar a la memoria. En realidad, es a la atención, pero si uno no puede prestar atención es muy probable que después no pueda acordarse de lo que le dijeron, o de alguna charla que haya compartido”, dijo la profesional consultada, iniciando la entrevista.
¿Cómo manejar el estrés? Responde Vanesa Gallardo que “es algo que nos está atravesando a todos. Estamos bastante acelerados en nuestros ritmos de vida. Hoy en día lo que se está usando a nivel de la psicoterapia, como complemento, tiene que ver el mindfulness, una técnica que nos invita a poder pensar en el aquí y el ahora. Solemos estar muy pendientes del futuro, o del pasado. Y solemos tener poca consciencia de lo que hacemos, en el momento que estamos haciendo algo. Eso contribuye a bajar los niveles de estrés o por lo menos los niveles atencionales que suelen estar bastante elevados en estos ritmos de vida. Se trata de pensar en el día a día. Disfrutando de las cosas que tengo que hacer hoy, no adelantándonos de las cosas”.
Agrega que “hay que ser más contemplativos del día a día, en cada actividad que estamos haciendo. Tratando de evitar que mi pensamiento esté tan preocupado en lo que viene”.
Respecto al olvido, y cuándo empieza a ser un problema, responde Vanesa Gallardo que “si nosotros pensamos en la memoria tenemos tres procesos que intervienen en ella: la decodificación, esto es el ingreso o registro de la información, el almacenamiento y la recuperación. La primera instancia de la memoria está muy asociada con la atención. Por eso, a veces, lo primero que tenemos que tener en cuenta es si es un problema de memoria o si lo que está fallando es la atención. Si estoy preocupada por otras cosas, distraída, la información no ingresa. Y después, no me voy a acordar. En realidad, lo que está afectado es la atención. Cuando hablamos de algún problema en el almacenamiento, es decir que la información no quedó registrada en ningún lugar, ahí podemos pensar que es más propiamente de lo llamado memoria. ¿Cuándo prestar atención? La realidad es que, con el paso del tiempo, algunas funciones cognitivas pueden tener cierto declive. Esto no quiere decir que todas las personas mayores pueden tener un declive en sus funciones. No necesariamente. Sí es cierto, y algunos estudiosos y clínicos han pensado en dividir los olvidos en aquellos que pueden considerarse benignos de los que pueden ser patológicos. A estos habría que prestarles atención. Una cosa es que me olvide de nombres, de fechas, que son cosas más triviales, y otra cosa es que yo me olvide de un acontecimiento importante. Sería patológico que me hubiese olvidado, completamente, de una situación, que no guarde ningún contexto de la situación que vive. Este tipo de olvidos deben llamar la atención y hay que consultar al médico”.
Además, “cuando el registro de los olvidos lo tiene el paciente eso nos habla de la benignidad. Que uno pueda registrar que se está olvidando de nombres, fechas, etc., habla de la benignidad de estos olvidos. Pero cuando la persona no registra que esto está pasando y es el entorno el que lo observa marca una línea entre la benignidad y lo patológico”.
¿Cómo manejar el estrés? Responde Vanesa Gallardo que “es algo que nos está atravesando a todos. Estamos bastante acelerados en nuestros ritmos de vida. Hoy en día lo que se está usando a nivel de la psicoterapia, como complemento, tiene que ver el mindfulness, una técnica que nos invita a poder pensar en el aquí y el ahora. Solemos estar muy pendientes del futuro, o del pasado. Y solemos tener poca consciencia de lo que hacemos, en el momento que estamos haciendo algo. Eso contribuye a bajar los niveles de estrés o por lo menos los niveles atencionales que suelen estar bastante elevados en estos ritmos de vida. Se trata de pensar en el día a día. Disfrutando de las cosas que tengo que hacer hoy, no adelantándonos de las cosas”.
Agrega que “hay que ser más contemplativos del día a día, en cada actividad que estamos haciendo. Tratando de evitar que mi pensamiento esté tan preocupado en lo que viene”.
Respecto al olvido, y cuándo empieza a ser un problema, responde Vanesa Gallardo que “si nosotros pensamos en la memoria tenemos tres procesos que intervienen en ella: la decodificación, esto es el ingreso o registro de la información, el almacenamiento y la recuperación. La primera instancia de la memoria está muy asociada con la atención. Por eso, a veces, lo primero que tenemos que tener en cuenta es si es un problema de memoria o si lo que está fallando es la atención. Si estoy preocupada por otras cosas, distraída, la información no ingresa. Y después, no me voy a acordar. En realidad, lo que está afectado es la atención. Cuando hablamos de algún problema en el almacenamiento, es decir que la información no quedó registrada en ningún lugar, ahí podemos pensar que es más propiamente de lo llamado memoria. ¿Cuándo prestar atención? La realidad es que, con el paso del tiempo, algunas funciones cognitivas pueden tener cierto declive. Esto no quiere decir que todas las personas mayores pueden tener un declive en sus funciones. No necesariamente. Sí es cierto, y algunos estudiosos y clínicos han pensado en dividir los olvidos en aquellos que pueden considerarse benignos de los que pueden ser patológicos. A estos habría que prestarles atención. Una cosa es que me olvide de nombres, de fechas, que son cosas más triviales, y otra cosa es que yo me olvide de un acontecimiento importante. Sería patológico que me hubiese olvidado, completamente, de una situación, que no guarde ningún contexto de la situación que vive. Este tipo de olvidos deben llamar la atención y hay que consultar al médico”.
Además, “cuando el registro de los olvidos lo tiene el paciente eso nos habla de la benignidad. Que uno pueda registrar que se está olvidando de nombres, fechas, etc., habla de la benignidad de estos olvidos. Pero cuando la persona no registra que esto está pasando y es el entorno el que lo observa marca una línea entre la benignidad y lo patológico”.