Antes de comer, pensar si se tiene hambre.

Para volver a hablar sobre cómo y cuánto comemos en este tiempo de pandemia, sobre todo, donde el aislamiento y el distanciamiento nos llevan a estar más en casa, más en la cocina… más cerca de la heladera, entrevistamos a Anahí Calvo, que es Licenciada en Nutrición y también Antropometrista.

¿Qué es esta especialidad? Explica que “se estandariza la forma de medir el cuerpo. Durante diferentes herramientas que se utilizan, como una pinza especial y cintas de medición antropométricas, buscamos ver cuánto contenido de grasa tiene un cuerpo, cuánto de músculo, cuánto de hueso. Hay distintos tipos de perfiles que uno puede abordar. Yo miro qué composición corporal tiene una persona, en cuanto a lo que es grasa y masa libre de grasa, huesos, tejidos, órganos. Es el punto de partida frente a un paciente que reclama ayuda para bajar determinada cantidad de kilos. Es importante que uno no se guíe solamente por los valores de balanza, sino que mire su composición corporal”. 

En nuestro país, dice la nutricionista consultada, “estamos atravesando números de obesidad y sobrepeso que nunca antes se habían visto. Pero no es siempre un exceso de peso tener los valores fuera de los rangos establecidos de índice de masa corporal”. 

Por lo que recomienda, “no guiarse únicamente por el valor de índice de masa corporal”, porque debe utilizarse adecuadamente y en contexto, con la mirada profesional.

“Yo siempre sugiero a todos mis pacientes que acudan a un psicólogo, para que puedan tener el abordaje de ansiedades y angustias por otro lado, que no sea canalizándolas con comida. Eso exacerba muchas veces ese ciclo. Por eso es importante que uno tenga ese acompañamiento”, dice Anahí, en torno a cuánto estamos comiendo en este tiempo.

Agrega que “en muchas casas, por aburrimiento, en este contexto de aislamiento, se han aumentado las ingestas. Por eso es importante de evaluar el modo de aumentar el gasto calórico, con un poco más de ejercicio, moverse un poco más. Evidenciar si es un hambre emocional o si viene realmente por tener apetito”.

Es decir, pasa por preguntarse si uno tiene hambre o está tapando angustia, miedo, ansiedades. “Que se pueden canalizar con ejercicio, a través de arte, manualidades. Por eso dirijo a mis pacientes al psicólogo, que es el profesional idóneo para canalizar esto. Sí conozco, por el trabajo en equipo que a mucha gente le sirve, lo que es pintura, cerámica, tejido, carpintería, diseñar alguna herramienta. Cosas que sean desde el lado artístico, que lleva a que uno tenga otro tipo de pensamiento. La música, hay muchas cosas que ayudan a transitar, y que no necesariamente sea por la comida. Pero va a variar según cada persona y cada necesidad”.

Otra cuestión fundamental, dice la nutricionista consulta, es la organización. 

“La falta de organización hace que se caiga en la comida rápida, en el picoteo. Si uno organiza las comidas, y evita los picoteos, ayuda a controlar la ingesta. También es importante plantearse ideas de menú. Y comprar para esas comidas. Ir y comprar sin saber lo que voy a comer puede hacer que no dure tanto tiempo la verdura en la heladera, porque uno no sabe qué día la va a comer”.

Mucha fruta y verdura de estación, que es más barato, “y tomar en cuenta todo lo que es vitamina C, como mandarinas y naranjas, que van a ser buenísimas para nuestras defensas y es muy bueno incorporarlas. También comer todo lo que es más natural, evitando los procesados, lo que es de paquete, que trae bastante grasa y azúcar asociado, además de los aditivos” finaliza Anahí CALVO.