05/02/2019SALUD

Algunas cosas para tomar en cuenta en cuanto al cáncer de próstata y vejiga.

La Nueva Radio Suárez entrevistó al médico especialista en Urología Carlos Romeo sobre el cáncer de próstata y vejiga y conocer los avances en su tratamiento.

“El cáncer son muchas enfermedades, no es una sola. Y es algo que nos tenemos que ocupar, y no preocupar. Lo más importante es ocuparse”.

En relación al cáncer de próstata, el Dr. Romeo recordó que “en una época existía en la Argentina el Consejo Argentino de Salud Prostática (CASPRO); hicimos varias campañas de prevención en el hospital, donde se atendía a pacientes, se examinaba, se hacía una ecografía y un antígeno prostático como método preventivo. Nunca era masiva la consulta, pero siempre se atendían, 40, 50 pacientes, de los cuales se pesquisaban 4, ó 5 casos de cáncer de próstata”.

Resume que el cáncer de próstata “es una enfermedad silente. Es decir, no da síntomas. Los síntomas urinarios obstructivos están dados habitualmente por el adenoma de la próstata que es una patología benigna”.

Se puede tener una próstata pequeña, asintomático totalmente y existir la enfermedad. “Por eso es importante el examen periódico a partir de los 50 años, en personas que no tengan antecedentes familiares y a partir de los 40 los que tienen antecedentes, del padre, por ejemplo”.

La prueba de PSA (antígeno prostático), se realiza a través de una simple muestra de sangre, y forma parte de loa análisis habituales que indican los médicos.

El control es anual. “A veces vienen los pacientes con el análisis hecho por el médico clínico y dicen ´es normal porque me dio menos de 4, que es lo que aparece –como valor de referencia- en el papel del análisis. Eso verdaderamente no tiene mucho valor. Lo que tiene valor es la secuencia de análisis a través del tiempo. O sea, el paciente que tiene menos de 1 de antígeno prostático, ese paciente cada dos años se tiene que controlar. El que tiene más de uno, se tiene que hacer el control anual. Porque si ese paciente aumentó 20% el PSA a través de los años, aunque sea menos de 4, hay que prestarle más atención que al que tiene un valor estable durante mucho tiempo”, dijo el Dr. Romeo.

¿Cuál es el examen que sigue, frente a un paciente que tiene un nivel alto de antígeno prostático? Responde el profesional consultado que “lo primero, y que no ha cambiado a través del tiempo, es el tacto rectal. Es fundamental. Es lo primero que se hace. Porque la próstata es una glándula que a través del recto tiene fácil palpación, por lo tanto, uno puede ver tamaño, sensibilidad, consistencia, límites anatómicos. En fin, un montón de datos que los especialistas estamos acostumbrados a ver, que nos sirven para detectar si esa próstata puede estar enferma o no”. la cuestión, es que este tipo de examen, está plagado de prejuicios. En esto coincide el Dr. Romero: “Yo siempre digo, que en Suárez debe haber diez ginecólogos y somos dos urólogos. Si los hombres fueran al urólogo con la frecuencia que van las mujeres a hacer un PAP o un examen de mamas, en mi consultorio, la cola daría vuelta a la esquina. El hombre en general no va hacerse un control. El tacto rectal es un examen totalmente indolente y no genera ningún tipo de contratiempo. Me parece que es mucho más traumático colocar un espéculo en la vagina que hacer un tacto rectal. Además, es un tema más de educación. En otros países desarrollados, por ejemplo, a los 50 años hay que hacerse una colonofibroscopía. Y si usted no fue a hacerse el examen del colon, el estado lo llama por teléfono a su casa, y si no se hace el examen, le quitan el carné de la obra social. Son países un poquito más organizados”.

Luego del tacto rectal sigue una ecografía abdominal para ver el tamaño y situación de la próstata.

Aclara que “el análisis sólo no nos va a decir que hay un cáncer. Si estamos frente a un tacto rectal relativamente sospechoso, o con antígeno prostático de 10 o de 12, tiene mucho que ver la edad y el tamaño de la próstata: para dar un ejemplo, una persona de 80 años, una próstata de 100 gramos y 10 de antígeno prostático, es muy probable que ese hombre no tenga cáncer de próstata. Pero si estamos frente a un hombre de 50 años, con una próstata de 30 gramos y 10 de antígeno prostático, es muy probable que ese hombre sí tenga cáncer de próstata”.

El pronóstico hoy, para este tipo de cáncer, “es muy bueno”, dice el Dr. Romeo, y agrega: “porque la detección a tiempo de la enfermedad es muy importante. Con una biopsia que indique si es un cáncer de bajo estadío, muchas veces lo que se puede hacer es la vigilancia activa. Es muy difícil hacerla en nuestro país, igual. Si tengo un hombre que va con su esposa al consultorio, tiene cáncer de próstata de bajo estadío, de reciente comienzo, no le voy a hacer ningún tratamiento. Lo voy a vigilar, cada tres meses. Pero es probable que a ese paciente no lo veo más.

Es un tema educativo; porque la señora va a decir que quiere que a su esposo lo trate. Y a veces, hay sobre tratamiento de la enfermedad”.

Sobre el particular, abona estos conceptos con un estudio de médicos ingleses de hace unos años: “se siguió 5 mil pacientes a lo largo de diez años, que tenían un PSA de inicio de la enfermedad menor a 10, y estadificación baja en la biopsia. Al 33,3 por ciento se le hizo vigilancia activa; al otro 33,3 por ciento se le hizo radioterapia y al otro 33,3 por ciento se le hizo cirugía. Al cabo de los 10 años, los tres grupos habían evolucionado de la misma forma. Con lo que quiere decir, que da resultado la vigilancia activa, con vigilancia cada tres meses. Y según cómo evoluciona se hacen otros tipos de estudios y/o de intervenciones. Pero es muy difícil de entender en nuestro país y en nuestro medio”.

Sobre el cáncer de vejiga, dice el Dr, Romeo que “es otra historia”. Agrega que “el cáncer de vejiga, o el cáncer de la vía excretora del riñón, que es la pelvis del riñón, el uréter, tienen un tejido que es la mucosa que lo cubre. Hoy se sabe que tiene relación directa con la genética: la persona tiene que tener los oncogenes, haber nacido con la genética para desarrollar un cáncer de vejiga. Pero los factores predisponentes son fundamentalmente el tabaquismo y el alcohol. En relación al cigarrillo todo el mundo habla de la nicotina, cuando lo que más perjudica es el alquitrán que tiene el cigarrillo. Es eso negro que queda con el cigarrillo. El alquitrán se elimina por orina. Y uno de los factores predisponentes para encontrar un cáncer de vejiga es el paciente fumador. Ahora, estos últimos años que ha disminuido muchísimo el consumo de tabaco, estamos viendo muchos menos cáncer de vejiga. Es una buena noticia. Por supuesto que cuando el cáncer de vejiga avisa, ya está desarrollada la enfermedad. Si uno orina con sangre, no hay que esperar 7 meses para ir al médico, como me ha pasado con muchos pacientes. La consulta debe ser enseguida”