Adolescentes: “No tenemos que desistir como padres en el intento de acercarnos, de abrir espacios de diálogo y favorecer el uso de la palabra”
En la Mañana de la Radio tomamos contacto con Antonela Gros Aldecoa para profundizar desde la psicología la paradoja entre la necesidad del distanciamiento del adolescente con el mundo adulto y los peligros que ello conlleva, por ejemplo, el bullying y el maltrato en redes sociales.
En principio, la profesional dijo que hablar de salud mental es muy necesario para prevenir el sufrimiento en los distintos momentos de la vida, donde “la adolescencia es una etapa especialmente vulnerable porque pasan un montón de cosas complejas y que llevan mucho tiempo. Inicia todo el proceso de cambio con la pubertad y termina al ingresar a la juventud o adultez, alrededor de los 20 o 22 años, inmersos siempre en una realidad social, con ciertos elementos que tenemos que considerar”.
La marca principal desde el punto de vista psicológico es la necesidad de transgredir o de revelarse en relación a todo eso que se construyó desde la infancia para poner lo propio, su personalidad e identidad, “por eso es un fenómeno tan complejo y que genera muchas veces tanta desorientación e incluso sufrimiento para los adultos que convivimos con ellos”.
Consultada Gros Aldecoa por qué les cuesta, en muchos casos, conversar con los padres o con el entorno, abrirse y contar lo que les está pasando, indicó que “tiene que ver con renegar del adulto porque ante la mirada del adolescente pasamos a ser los que no sabemos, los que no entendemos, y si uno hace memoria también lo hemos vivido así. Es la necesidad de sacar del trono del saber a ese adulto para poder posicionarse ellos, ya que el fin último de la adolescencia es la construcción de la identidad y de la personalidad. Lo hacen cuestionando, pero el problema es la soledad en las que a veces esos procesos transcurren o la exposición a vínculos pocos saludables”.
Todas las épocas dejan su marca en las adolescencias, desde los punks hasta los floggers en los 2000, pasando por otros movimientos que acontecen en cada momento y que seguirán cambiando, “porque lo que busca el joven es construir su personalidad en base al conjunto de pares, con una distancia con el mundo adulto y una pertenencia a ese grupo de pares”.
Sobre las redes sociales, donde se genera un mundo donde los padres están totalmente abstraídos porque los chicos tienen sus propios códigos y lenguaje, aislados de la realidad, Antonela Gros Aldecoa expresó que “siempre fue así, pero el riesgo en la actualidad es que en esa virtualidad obviamente los adultos quedamos afuera y ellos quedan expuestos a otras influencias que a veces desconocen o no pueden cuestionar. Hay mucha información y anonimatos en esos contactos que antes no estaban, con vínculos y lazos en tiempo real con personas, conceptos e ideas de todas partes del mundo que influencian a estas personalidades en construcción que son siempre vulnerables”.
Hoy el adolescente está sin darse cuenta mucho más en riesgo y más expuesto porque hay más influencias que antes, que solo era cara a cara: “No tenemos que desistir como padres en el intento de acercarnos, de abrir espacios de diálogo y favorecer el uso de la palabra. A veces es más fácil que te manden un WhatsApp a que te cuenten lo que les pasa verbalmente. El trabajo más importante viene antes, es decir, cómo llegamos a la adolescencia, generando un lazo de confianza siendo niños”.
Teniendo en cuenta el éxito de la serie “Adolescencia”, que refleja muy bien ese mundo y la relación con los adultos, la Psicóloga dijo que “aunque el chico esté en casa encerrado en su cuarto no quiere decir que esté bien, porque no está tan solo como creemos, con esta virtualidad puede estar interactuando con alguien, tal vez adulto, y lo está influenciando; hay que ver si esas interacciones le están siendo satisfactorias o lo están haciendo sufrir”.