A más de una semana sin internados COVID en Terapia Intensiva, “sabemos que no es el fin de la pandemia, sino una pausa”
La licenciada y magíster, Ana Inés Schwindt, es también Jefa de Enfermería de la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) del Hospital Municipal de Coronel Suárez. Fue consultada para poner de manifiesto que, desde hace varios días, no hay internados por COVID-19 en esa área y también para hablar en profundidad de la actualidad del área que continúa sus labores, pero con menos presión.
“Estamos muy felices de que nuestros últimos pacientes se hayan ido de alta hace, aproximadamente, una semana” comenzó relatando la entrevistada, quien agregó que “habían tenido una estadía muy larga porque habían estado entre 35 a 45 días internados”.
Describió este momento sin pacientes por Coronavirus en UTI como “una alegría muy grande” y consultada sobre qué representa eso para el personal, más allá de lo obvio por la tranquilidad de que no haya pacientes en riesgo, Ana Inés Schwindt dijo que “es volver a reencontrarnos con nuestro Servicio, porque teníamos un servicio sobredimensionado a lo que era, acostumbrado a trabajar con cinco camas y que de repente debió expandirse a ocho, con otra terapia aparte con seis camas más”.
Reiteró que fue reencontrarse porque estaban trabajando, permanentemente, con todas las camas ocupadas. Por lo que ahora están reestructurándose, “no sólo en la parte de recursos materiales, sino humanos”. Es decir, los trabajadores del área están pudiendo, finalmente, tomarse los francos como corresponden, sin estar pendientes del celular ni tener que hacer horas extra: “Estamos reorganizándonos para ver qué sucede. Con mucha expectativa, pero sin saber si desarmar o no las camas porque sabemos que no es el fin de la pandemia, sino una pausa”.
En esa línea, Schwindt habló del estado actual de la UTI: “Tenemos un Hospital en que no nos faltan los recursos materiales. Sí sucedió que faltó medicación, pero era un problema de toda la Argentina por la alta demanda de todos los Hospitales” expresó, agregando que “lo primero que empezó a faltar, sobre todo al principio, era el tema de los N95 o las máscaras, pero, con el transcurso de este año y medio, nos fueron proveyendo adecuadamente y también colaboró muchísimo la Cooperadora del Hospital”. De ese modo, confirmó que, “hoy por hoy, no tenemos faltantes”.
Claro que eso reviste una muy buena noticia, pero hay otra cara de ésta situación que tiene que ver con los sentires del personal de enfermería (como médico), así como con los aprendizajes tras haber transitado ésta experiencia tan compleja. Sobre el particular, Schwindt aseguró que aprendieron a conocer la enfermedad a través de los rasgos del paciente: “Uno va viendo las etapas, que son diferentes en cada momento, sobre todo porque, para el paciente, reviste una gran ansiedad querer irse de este servicio y volver al contacto con su familia” contó, apuntando a cómo se da la relación del Enfermero con el paciente, considerando la contención emocional que los internados necesitan.
Sobre el vínculo que se crea con las familias, la Jefa de Enfermería de la UTI local contó que es muy cercano “y ellos, constantemente, necesitan a la familia muy presente, más allá del parte diario”. Agregó a su relato que “otra de las cosas hermosas de ésto es que, cuando el paciente se va de alta de la Terapia y queda unos días internados en el piso hasta el alta definitiva, siempre pasamos a ver cómo están o nos saludan. Eso nos da la satisfacción de nuestro trabajo”.
Sí reconoció que, “a veces, hay una parte de enojo del paciente, de preguntar ‘¿qué hago acá?’ o decir que no quiere estar más ahí, pero entendemos que no es un enojo con el personal ni con el médico, sino con la situación que están viviendo y que van superando día a día”.
En consecuencia, Schwindt habló de que se trata de etapas de aprendizaje para ellos que, más allá del profesionalismo, tienen un confluir de sensaciones constante por las vivencias acompañando a cada paciente durante tanto tiempo: “Aprendimos a trabajar con una enfermedad que no conocíamos. Los primeros casos los atendíamos con mucho pánico, con miedo y desconfianza, pero, con el transcurso del tiempo, nos fuimos amigando con ésta sensación del vestirnos y todo lo que implicaba” relató la entrevistada, previo asegurar que quedaron con muchas emociones encontradas, “primero, porque mucha gente no se salvó y esto de la muerte muy cercana o de gente muy conocida impacta. En un pueblo muy chico en que nos conocemos, éstas cosas nos han sacudido emocionalmente y, hoy por hoy, en el pase de Guardia podemos hablar de alguna persona que recordamos y nos quedan esas sensaciones”.
Agregó que, actualmente, están en una etapa de post estrés: “Cuando uno está con tanta adrenalina, tantos pacientes todos los días, trabajando y atendiendo todo el día, se ven algunas cosas que nos van quedando. Por ejemplo, algunos trabajadores han presentado certificados porque se han enfermado, cuando no lo han hecho en toda la pandemia. Cosas que, durante todo este tiempo, no estaba permitido que nos suceda al personal de salud y ahora, al relajarnos, nos empiezan a venir los achaques. No sólo físicos, sino emocionales, que son los más peligrosos”.
Consultada la profesional sobre cuáles son las expectativas relativas a que esta etapa sin internados COVID se mantenga, dijo que, “viendo las estadísticas y lo que uno va observando, tenemos expectativas, pero estamos siempre con el temor de hasta cuándo”.
Recordó así que, en 2020, “cuando todos hablaban de que en verano disminuirían los casos, nosotros, en enero, tuvimos varios casos y las dos terapias abiertas”. Entonces, sostuvo que lo que a ella la ayuda para pensar en positivo “es el tema de la vacuna y la cantidad de gente vacunada, porque es la mejor herramienta que tenemos”.
Claro que la Terapia del Hospital local continúa trabajando con pacientes de otras patologías, no relativas al Coronavirus: “Esperamos continuar así. No podemos hablar del fin de la pandemia, pero sí de ésta pausa que trataremos de aprovechar para descansar y reorganizarnos por si llega a suceder algo nuevamente” cerró Ana Inés Schwindt.