“Si las cosas son de Dios, sea como sean, salen, y es un momento de festejar”
La hermana Liliana Moyano, el diácono Alberto Segui y Gretel Streitenberger hablaron del programa por los diez años de la celebración eucarística permanente: “No todas las ciudades tienen presencia permanente del Santísimo ni gente dispuesta a recibir las bendiciones” resaltaron en primer lugar.
En palabras de Moyano, “la idea es dejarnos amar y recibir las bendiciones que Dios quiere regalarnos”. Recordó entonces que el carisma de ella y sus compañeras como Hermanas está siempre centrado en la eucaristía y aseguró que apuntan a compartirlo con quienes se acercan a su casa. Motivo por el que, diez años atrás, comenzaron a organizar doce horas de adoración que, luego, se transformaron en 24: “Dios quiso ir ganando corazones y la comunidad de Suárez es muy atenta y generosa, y fue poniéndose más tiempo delante del Santísimo”.
En consecuencia, por entonces, se le planteó a Diego Kessler que el lugar indicado era la Parroquia para esa actividad, “así que se fue constituyendo el lugar físico y preparando los corazones”.
Vale destacar que, tras la pandemia de Coronavirus, la celebración retomó, pero en el Hospital, pese a que, según Streitenberger, “costó reunir a la gente”.
Al día de hoy, están queriendo reunir la única madrugada que queda para que sea permanente: 365 años las 24 horas.
Es importante nombrar que hay un listado en el que la gente puede inscribirse para participar. La misma está en la Capilla del Hospital, con los nombres y contactos de quienes organizan la propuesta: “La idea es que se haga en el horario en que el orador pueda, para que llegue bien a ese momento” explicó; mientras que consultados respecto de si hubo un vuelco espiritual post pandemia, Liliana Moyano opinó que “en la pandemia vivíamos muy apegados a las medidas sanitarias, pero si nos abocamos a Cristo y nuestra vida hace un cambio, podemos decir que todo tiene un sentido, que podemos renovar la esperanza y mantener la alegría”.
Por su parte, Alberto Segui destacó que se trata este de un momento de celebración: “Si las cosas son de Dios, sea como sean, salen, y claro que es un momento de festejar, porque con todo esto estamos llamados a tener un encuentro personal” dijo, marcando que a veces los católicos se quedan en la formación recibida y haciendo hincapié en que “hay que dar un trabajo personal” que involucre experiencias y vivencias distintas.