11/08/2022RELIGION

“Que pueda Dios, a través mío”: humilde y profunda reflexión en el Día del Diácono

La realizó Diego Arean, en una entrevista con La Nueva Radio Suárez. Es uno de los tres Diáconos que tiene la ciudad, junto con Alberto Segui y Julio Gorbea, quienes realizan una labor religiosa y comunitaria muy importante. 

“Como siempre nos pasa, cuando cada uno recibe una vocación siente que le queda grande. Y está bueno descubrir que, si uno siente que le queda grande, es porque viene de arriba” reflexionó Diego Areán.

Agregó que “la vocación diaconal es muy particular. Tanto que muchos no saben muy bien de qué se trata”. Es, dice, “algo muy particular dentro de la Iglesia. Y las cosas del espíritu, normalmente, son difíciles de encasillar. Por eso la vocación nosotros la vivimos como una gracia muy grande en ese sentido”.

Definiendo la vocación del Diácono, expresó que “no es otra que la de asemejarnos a Jesús, que es siervo. Uno de los aspectos de la vida de Cristo, entre otros, es el servicio. El Diácono es aquel dentro de la Iglesia que está llamado a hacer visible ese aspecto de la vida de Cristo. Que cualquier miembro de la Iglesia o de la comunidad pudiese ver en nosotros y descubrir el valor del servicio. Y nuestro modelo es Cristo”.

Dice que es una vocación “muy grande, que involucra también a nuestras familias”. Indicó, en este aspecto, que la Iglesia Católica incorporó la presencia del Diacono casado recién en el año 1965, cuando se hizo el Concilio Vaticano II. “En definitiva, en tantos siglos que tiene la Iglesia es medio nuevo”.

Indicó que cada Diácono le da las características a su servicio “de acuerdo a su realidad. Hay tantas maneras de ser Diácono como familias existen. Porque las familias están, de alguna manera, involucradas. Somos hombres consagrados que tenemos esposa, hijos. Eso le da a nuestra consagración una particularidad. Es una vocación original, particular”.

Consultado si alguna vez, cuando alguien se le acercó, contándole un problema, pidiéndole un consejo u orientación, pensó que con eso no podía, Diego Areán responde en forma afirmativa y agrega: “Ahí surge algo que una vez escuché y que me sirvió a mí mucho. Primero, una oración que brota del corazón: ‘Con esto no puedo, podé vos’. Pedirle a Dios que, en todo caso, pueda Dios a través mío. Si es que está a mi medida y alcance. Y segundo, que muchas veces el servicio que podemos dar o que podemos acompañar no lo hacemos desde la posición quienes tenemos todo claro, o todas las herramientas para dar respuestas, sino desde un servicio que acompaña”. 

Agrega que “hay una expresión muy linda que habla del sanador herido, que a mí me sirve mucho en mi vida de Diácono. Yo acompaño, estoy presente, pero también estoy herido. Y juntos caminamos, acompañando al otro”.