Pastor Néstor Alebuena, de Comunidad Cristiana.

Siempre en estas fechas nos tomamos unos minutos para escuchar lo que tienen para decir los sacerdotes y pastores de las iglesias de Coronel Suárez.

Néstor Alebuena, de Comunidad Cristiana, en reflexión sobre esta Navidad, a la que parece llegamos a tropezones, de rodillas, caídos, por todas las cosas que nos pasan en lo particular y en lo general, comienza recordando una de las lecturas de días anteriores: “si uno no aprende a levantar la mirada hacia Dios es muy difícil. Isaías dice que Él da esfuerzo al cansado y multiplica las cosas a quien no tiene ninguna. Los muchachos, los jóvenes, flaquean y caen, pero los que esperan en el Señor tienen fuerzas renovadas y pueden levantar sus alas como águilas.

Entonces, si bien, pareciera que, en esta época del año, el cansancio se multiplica, cuando uno aprende a levantar la mirada al cielo, en lugar de poner tanto los ojos en lo terreno, sucede eso: que uno encuentra, a través de la obra que Cristo hace en nuestras vidas, que Él da fuerzas al cansado. Eso sería bueno que cada uno pudiera experimentarlo en su propia vida”.

Menciona que en “esta fecha tan preciosa como la Navidad sería bueno recordar lo que Cristo vino a hacer. Su propósito para con toda la humanidad”.

Y tomando una lectura que tiene que ver con esta fecha especial, el Pastor Alebuena relata el anuncio del nacimiento de Jesús.

“La Navidad es este anuncio que el ángel se encargó de transmitir. Y de transmitírselo principalmente a José. Ese niño que estaba gestándose en el vientre de María se iba a llamar Emanuel, que significa Dios con nosotros, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados. José no fue duro a lo que Dios le habló. No se resistió a la palabra que vino de parte de Dios para su vida. Eso también es una lección para nosotros: el no resistirnos, el no revelarnos a aquello que Dios ha dicho, establecido y poder ser mansos, humildes, aceptando aquello que Dios dice y ha proyectado para con toda la humanidad. Dios, siendo Dios, el creador de todas las cosas, desciende y se hace hombre, criatura. Habitó entre nosotros, hubo testigos oculares que vieron lo que Cristo hizo aquí en la tierra. Hubo otras cosas que hizo, de las que no hay testigos oculares, y que es la obra redentora de Cristo. Es la obra preciosa, espiritual y que cada uno, en la medida que abra su corazón y se reconcilie con Dios, el amor de Cristo está siempre presente para todos, en todo lugar, en todo momento, sin ningún tipo de excepción”.