04/04/2021RELIGION

“Nunca es tarde para reconciliarse con Dios y con la Iglesia”

Confirmó Julio Gorbea, diácono de Coronel Suárez, en pleno transcurrir de la Semana Santa que culminará el próximo Domingo de Pascua con la celebración de la resurrección.

Consultado en esta fecha de tanta relevancia para los fieles católicos y respecto de la actual situación de pandemia -que se extiende desde hace más de un año-, Gorbea sostuvo: “La pandemia nos ha cambiado la vida. Si ponemos a comparar con otros años, parece que el aislamiento nos ha aislado del Señor, parecería que estamos a un costado del Señor. Caminamos con Él en estos días de preparación personal, con la alegría de tenerlo”.

Al respecto, y haciendo mención del alejamiento de la Iglesia, agregó que “a veces, parece que hay un silencio de Dios porque sentimos que no nos escucha o porque hay alguna herida” pero aconsejó: “Volver a casa” e insistió que “Él siempre nos va a recibir con las puertas abiertas y ese encontrar va a ser una cordialidad, un abrazo hermoso, un abrazo de espera”.

Se remontó entonces a la parábola del hijo pródigo y reflexionó: “¿Cuántas veces habrá esperado pensando cuándo volvía su hijo? La respuesta es ‘cuando volvemos nosotros’. Nunca es tarde para reconciliarse con Dios y con la Iglesia misma que nos recibe con las manos abiertas” sentenció.

Sobre la disconformidad que todos podemos tener ante situaciones cotidianas y la pregunta -que puede reiterarse en ocasiones- de ‘¿por qué yo?’, el Diácono aconsejó “hacer evaluaciones y una contabilidad pensando qué hicimos” y propuso que empecemos a preguntarnos ‘¿por qué no a mí?’

Por otro lado, en esta Semana Santa, Gorbea comentó: “Si Jesús se juega por mi ¿yo me llegaré a jugar por Él? Porque en los momentos en que todo vale, a veces nos toca la fácil, pero, en los momentos cruciales ¿me voy a jugar por Él?”

En esa línea, afirmó que “la misma sociedad ve la indiferencia como algo natural. El dolor del otro, perder la vida, perder el trabajo, no tener trabajo o que esta noche muchos niños no tengan alimentos, y escuchas que una persona hizo esto y sorprende el gesto, pero después queda en el olvido”.

Remitió entonces al Papa Francisco cuando aludió que se “está licuando la fe”, a lo que Gorbea marcó: “Hay que tener misericordia y el ojo en el hermano que sufre”. A lo que agregó: “Es difícil acostumbrarnos al dolor y a ser parte de él, más en esta época del año, con la pandemia y tanta gente aislada, sola, esperando del otro”.

Sobre el final, Julio Gorbea manifestó: “Jesús tuvo que pasar la muerte para la resurrección. Traspasemos y enfrentemos todo lo que el Señor nos entrega. Tengamos una gran bendición en familia, que es nuestro seno. Que lo recibamos al Señor de la mejor manera, como cada uno de nosotros somos, con nuestras grandezas y algunas flaquezas”.