24/07/2020RELIGION

La Iglesia Evangélica Unión prepara viandas para unas 60 personas, los miércoles y los sábados.

Esta pandemia, que nos ha cambiado un poco a todos, también ha provocado que las instituciones, organismos, entidades religiosas, estén presentes para sus comunidades desde otros lugares, viendo también las necesidades materiales que se puedan estar registrando.

Como muchas entidades, la Iglesia Evangélica Unión está presente ahora paliando un poco las necesidades alimentarias de algunas familias. En estos momentos están elaborando viandas para la gente. 

“Ha sido un desafío para todos, este tiempo, más para aquellos que tienen que tomar decisiones”, dijo el Pastor Juan Fedrigo, en una entrevista con la Radio. 

“Para nosotros también, como iglesia, ha sido un desafío cómo pastorear la congregación, sin poder juntarnos. Pero también, este hecho, nos dio la oportunidad no solamente de ver hacia adentro, sino de ver hacia afuera, las necesidades que hay en la comunidad, que son evidentes para muchos. Una de las cosas que Jesús nos enseña es que cuando uno ve una necesidad no debe solamente tener lástima, como a veces nos sale naturalmente. La Biblia nos enseña a tener compasión. La compasión, a diferencia de la lástima, hace algo para cambiar la realidad de lo que está viendo. Una de las cosas que nosotros veíamos es que hay necesidades económicas en muchos hogares. Eso nos llamó a abrir el comedor, para elaborar viandas para que la gente pueda llevar. Venimos trabajando con un grupo de la iglesia, que viene ocupándose muy fielmente desde el comienzo de esta pandemia. Los miércoles y sábados estamos haciendo estas viandas, para alrededor de 60 personas. Y se ha ayudado con ropa y otras cosas a la gente. Particularmente, las viandas han sido de mucha bendición para muchas personas. Damos gracias a Dios por las personas que han dispuesto su tiempo y su capacidad de cocinar para ayudar a tantas personas”.

Más adelante, el Pastor Juan Fedrigo dijo en la entrevista con La Nueva Radio Suárez, reflexionando sobre el tiempo que está atravesando la humanidad, de lejanía de los afectos, el distanciamiento, la no presencial, que “es un desafío para todos. Para nosotros, que somos de estar juntos, de participar, no solamente de escuchar la palabra, sino de pasar tiempo de mates, tortas, juntos, extrañamos mucho eso. Yo particularmente tengo a mi papá lejos, con una enfermedad, y realmente uno lo sufre. Creo que el desafío en este tiempo, mientras no se nos permita poder juntarnos, es disfrutar y conocer a este Dios que tenemos. Jesús dijo: ‘yo estoy con vosotros, todos los días, hasta el fin del mundo’. El desafío es ese. El Apóstol San Pablo dijo: ‘Cristo, en vosotros’. Esto es, experimentar a Cristo en cada una de nuestras vidas y poder ver que él es un Dios grande, que tiene consuelo, que nos da paz. Que a pesar que las circunstancias, afuera, no son las mejores, realmente, Dios es un Dios bueno, que está con nosotros, que nos deja su paz. La invitación de Dios es experimentarlo a Él en cada una de nuestras vidas. Dejando que Él pueda ser una realidad en este tiempo de pandemia dentro de cada uno de nosotros, de nuestras familias”.