28/10/2020RELIGION

Diáconos y Acólito: “son como súper laicos”

El Párroco Alejandro Guidobaldi también reflexiona en torna a la pandemia

En una entrevista con el Párroco de Coronel Suárez, se refirió al Ministerio del Acolitado que hoy, en una ceremonia religiosa, recibirá el suarense Julio Gorbea. 

“Es el paso anterior a recibir el orden del Diaconado. Este Ministerio del Acolitado lo faculta para el servicio del altar. Es decir, en lo que es purificación de vasos sagrados, estrechamente vinculado al sacerdote, que celebra la Eucaristía, también en la distribución de la Eucaristía. Es muy importante esta labor. Es un laico que, junto con su mujer, Viviana, van a vivir un sacerdocio. Donde él va a ser servidor de la iglesia, en todo lo necesario de la palabra de Dios. Siempre el hombre necesita la colaboración muy grande de la mujer. Es algo vivido de a dos. Como lo son Claudia y Natalia, las esposas de los Diáconos Alberto y Diego. Ellos no podían sin ellas al lado, que los sostienen y que los animan. Son el ánimo que los revitaliza también a ir por más, a no quedarse en cosas pequeñas. Y que tanto hace bien a la comunidad. Ver matrimonios que donan su vida. Se vive una doble consagración: al matrimonio y al Ministerio del Diaconado. Son dos sacramentos que reciben. Son súper laicos, por decirlo de alguna manera”. 

En otro tema, y refiriéndose a la situación de aislamiento y distanciamiento por Covid, que superan largamente los 7 meses, expresó que “estamos en un marco de algo que sabíamos que iba a pasar. No es que podemos hacer una burbuja respecto al resto del mundo. Y cuando llega sabíamos que el virus fácilmente pasa de una persona a otra. Si las familias, por amor, buscan cuidarse unos a otros, y mantener los debidos distanciamientos, buscando relaciones con personas que vivan de la misma manera, se puede pasar bien este tiempo. Hay gente que no se contagió y no simplemente porque está encerrada como si fueran ermitaños, sino porque hacen bien el distanciamiento. Es algo que nos cuesta mucho, tenemos momentos en que nos descuidamos y podemos caer por un contagio. Yo estuve cerquita, estuve aislado unos días, gracias a Dios no estaba contagiado”, dijo el Padre Alejandro Guidobaldi. 

Agrega que “hay una parte que es esencial, es esa consagración del día y de la vida, propia a Dios. Se trata de ponernos en sus manos, para pedirle que nos ayude para hacer lo mejor en cada jornada. Si no lo hacemos así siempre hay algo que va a imperar: el interés propio por lo económico, por el nombre, por lo que sea, que va a hacer que en algo falle con respecto al otro. Si yo lo que trato es hacer lo mejor para Dios, al otro le voy a dar lo mejor. Y entonces nos vamos a cuidar todos. Si así vivimos en este tiempo se va a hacer mucho más corto que lo que imaginamos. Una cosa es cuando uno trata de hacer lo mejor, por brindarse, y otra cosa es cuando esta uno todo el día pensando en cómo hacer las cosas de otra manera, a escondidas, a cómo estar por encima de lo que se dicta, para tener un rédito mayor. Este es un tiempo donde tenemos que escapar a toda especulación. Donde la consciencia y la integridad de las personas es el primer punto, esencial para la libertad de cada uno. Si no nos sentimos libres por dentro menos nos vamos a sentir libres por fuera. No se trata de elucubrar y maquinar coas, sino de realmente buscar hacer, decir y escuchar lo mejor”. 

Invita, en este contexto, a “no aislarnos unos de otros, como decía el caso del ermitaño. Porque somos seres sociales, que necesitan del otro. Los vínculos necesitan de una cercanía con el otro. Eso hace bien. En estos tiempos es una herramienta enorme. Tenemos que ver el cómo para eso. El cuidarnos tiene que ser una opción de toda la familia. No sirve que se aísle el abuelo si los nietos que lo van a visitar están todos los días de fiesta. Porque en algún momento les van a llevar este virus, que no se ve. Entonces en esto tiene que haber una precaución, de en qué lugar cada uno está, con qué amigos se junta. Ir analizando todo esto y saber que el cuidarnos es una responsabilidad de cada familia y de la sociedad toda”.