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30/08/2019 • RELIGION
Colegio Fasta San José. Consagración a la Sagrada Familia: “queremos que nuestras familias sean Santas, no perfectas”.
Los alumnos de 2° año del Nivel Primario junto a sus familias se consagraron a la Sagrada Familia de Nazaret, en una emotiva celebración en la Capilla del Colegio, encabezada por el Diácono y Director del Nivel Secundario Diego Areán.
“Jesús vivía en una familia y según lo dice el Evangelio tenía los problemas de cualquier familia. Por eso, el Evangelio, nos invita a que movilizados por la Familia de Nazaret sigamos el ejemplo de la familia de Jesús, María y José y que, en medio de las dificultades de la vida, hagamos presencia en Jesús y nos unamos en amor fraterno con esperanza”, reflexionó el Diácono y Director del nivel Secundario Diego Areán, en una emotiva celebración que convocó a las familias en comunidad.
“Vamos a pedirle a Jesús, María y José que nuestras familias sean sagradas, con sus historias, sus idas y vueltas, que sean familias donde Dios pueda florecer y estar presente en cada una de las dificultades”, expresó el Diácono y pidió a los niños y familias cerrar los ojos para elevar una plegaria al cielo, en un momento pleno de oración.
Tras la liturgia de la Palabra, padres y madres de la comunidad llevaron al altar “signos” que representan las virtudes de cada uno de los integrantes de la Sagrada Familia.
“Para imitar las virtudes de María, como madre y esposa, llevamos al altar una manta de lana tejida, para mostrar la calidez y la sencillez de la vida cotidiana; una bandeja para mostrar la virtud de servicio para con los demás, y una jarra de vidrio con agua que representa la transparencia, lo puro y lo simple de ella, conteniendo la vida representada en el agua”, explicó la catequista Alicia Hait.
En tal sentido, continuó diciendo: “para representar las virtudes de San José, como padre y esposo, llevamos hacia el altar un martillo, símbolo de trabajo, fortaleza y esfuerzo; una vasija de barro, signo de docilidad, nobleza y trabajo, y una imagen de la Divina Providencia, representando los gestos paternos de José para con Jesús”.
Por último, y llevada por tres alumnos de 2° grado, los signos entregados en el altar representaron las virtudes que queremos imitar de Jesús, “acercamos al altar algunos caramelos para simbolizar la dulzura y la ternura; una panera para la mesa, significando la laboriosidad en las tareas domésticas de la vida cotidiana de una familia y una flor, que simboliza lo sensible y puro de su corazón”.
Tras la bendición, los alumnos se acercaron al altar para recibir de manos del Diácono Diego Areán un obsequio recordatorio de la Sagrada Familia de Nazaret, alegres de saber que los acompañará en el camino de sus vidas.
“Vamos a pedirle a Jesús, María y José que nuestras familias sean sagradas, con sus historias, sus idas y vueltas, que sean familias donde Dios pueda florecer y estar presente en cada una de las dificultades”, expresó el Diácono y pidió a los niños y familias cerrar los ojos para elevar una plegaria al cielo, en un momento pleno de oración.
Tras la liturgia de la Palabra, padres y madres de la comunidad llevaron al altar “signos” que representan las virtudes de cada uno de los integrantes de la Sagrada Familia.
“Para imitar las virtudes de María, como madre y esposa, llevamos al altar una manta de lana tejida, para mostrar la calidez y la sencillez de la vida cotidiana; una bandeja para mostrar la virtud de servicio para con los demás, y una jarra de vidrio con agua que representa la transparencia, lo puro y lo simple de ella, conteniendo la vida representada en el agua”, explicó la catequista Alicia Hait.
En tal sentido, continuó diciendo: “para representar las virtudes de San José, como padre y esposo, llevamos hacia el altar un martillo, símbolo de trabajo, fortaleza y esfuerzo; una vasija de barro, signo de docilidad, nobleza y trabajo, y una imagen de la Divina Providencia, representando los gestos paternos de José para con Jesús”.
Por último, y llevada por tres alumnos de 2° grado, los signos entregados en el altar representaron las virtudes que queremos imitar de Jesús, “acercamos al altar algunos caramelos para simbolizar la dulzura y la ternura; una panera para la mesa, significando la laboriosidad en las tareas domésticas de la vida cotidiana de una familia y una flor, que simboliza lo sensible y puro de su corazón”.
Tras la bendición, los alumnos se acercaron al altar para recibir de manos del Diácono Diego Areán un obsequio recordatorio de la Sagrada Familia de Nazaret, alegres de saber que los acompañará en el camino de sus vidas.
