19/03/2020RECREACION

Darío Salotti lleva recorridos 7.500 kms, 100 días y la satisfacción del sueño cumplido.

Llegó el martes por la noche a Buenos Aires en colectivo, desde Tacna, en el sur de Perú. Lo apuró el coronavirus, pero con la satisfacción de haber cumplido su sueño.

“Cuando andaba por la zona de Tacna venía pensando con todo este tema de la enfermedad, me dije que el viaje ya estaba, y tenía que acelerar los trámites para volver a mi país. El jueves pasado, por la noche, lo hablé con la familia y decidí apurar el viaje, concluir con la bicicleta y tomar un medio de transporte para llegar lo más rápido posible a la Argentina”.

Fue ahí que en Tacna decidió sacar un boleto en colectivo y emprender el viaje de regreso. El domingo empezó este regreso, en un colectivo directo de Lima, hacia Capital Federal, en la Argentina.

Contó que Tacna está ubicado a escasos 40 kms. de la frontera con Chile, en la costa del Pacífico.

Por supuesto, alcanzó “a pedalear un poco por el desierto. Desde las líneas de Nazca venía haciendo alrededor de 2 horas por día en bicicleta, alrededor de 50, 60 kms. por día. Y después hacía dedo. Cualquier camión que paraba me acercaba unos 200 o 250 kms. Así fui bajando desde Nazca hacia el sur. Iba avanzando así un poco más rápido en el viaje, y con toda la información que estaba escuchando venía preocupándome”.

Cuenta Darío Salotti que, en bicicleta, hizo alrededor de 7 o 7.500 kms. –la bici está embalada, junto con su computadora-. Fue una extraordinaria compañera de todo este recorrido.

“Se portó muy bien, llegó un poquito averiada, pobre, pero me llevó más de 7 mil kilómetros. Muy confiable”.

La experiencia fue extraordinaria: “hoy –por ayer- justo se cumple el día 100. Fueron 100 días de sueño. En el día 80 cumplí el sueño de llegar a Machu Picchu. Ya estaba cumplido el sueño. Lo que pasa es que yo quería un plus extra: tratar de llegar en bicicleta hasta Suárez, pero bueno, esto me superó un poquito (el tema del coronavirus)”.

Se dijo que “hay que ser responsables, tengo familia. ‘Ya está, el sueño ya está cumplido; regresemos a casa lo antes posible’. Veremos si se cumple otra aventura o no. Este viaje ya estaba”.

Expresa que, en este viaje, que inició el 8 de diciembre del 2019, aprendió muchas cosas.

“Cuando uno sale de su zona de confort, de su casa, uno tiene que aprender muchas cosas. O volver a aprender con otras comidas, culturas, otra gente. A comer diferente, a pedir diferente. En estos viajes se aprenden muchas cosas. Y más yendo sobre la bicicleta, donde uno va en forma lenta. Uno tiene otra visión del viaje, mira con otros ojos, muchas cosas, que, como turista, con otros medios, no las ves. Se ven cosas lindas, cosas feas. La mayoría, por supuesto, son lindas. También uno va por otros lugares que el turista no ve. Eso está bueno, porque uno va conociendo diferentes cosas, de otros países”.

Seguro que en su memoria guarda momentos memorables. “El balance general fue muy positivo. ¡Voy transcurriendo mis 50 años y desde el año anterior que empecé con todo esto y que concluye hoy, fue fantástico! En la vida me va a quedar algo muy fuerte. Tengo tanta información que uno no sabe por dónde empezar a hablar”.

Contó que se queda cumpliendo la cuarentena en Buenos Aires, en el departamento de su hija.

Y, por supuesto, que lo que aprendió sobre sí mismo, Darío Salotti, es que es persistente con los objetivos que se propone.

“Cuando empecé con todo esto me decían que estaba loco. Fui persistente, lo hice. Fue un sacrificio enorme. Porque no fue todo color de rosa, lo sufrí bastante, los calores, los fríos, el desgaste físico. Bajé como 10 kilos en el viaje. La gente me veía que estaba flaco y me manifestaba su preocupación. Ahora, a lo último, la gente me decía que me cuidara, porque decía que tengo las defensas bajas. Muchos comentarios de preocupación. Eso te da la pauta, de la gente, cómo te quiere”.

Es que mucha gente lo acompañó a través de las redes en este recorrido. Amigos que ya tenía, y nuevos que fue haciendo, que se sumaron a medida que lo conocieron. Como la familia de un hostel, donde se hospedó, que luego de conocerlo siguió su trayecto a través de lo que publicaba.

“Es increíble la cantidad de amigos que fui juntando en el viaje, de conocidos y amigos por un día o dos días. Junté muchísimos amigos. Es increíble. En el Facebook tengo dos mil setecientos y pico de conocidos, contactos. Es increíble la gente cómo te sigue”.

Agradece, en el final de la entrevista, “a todos los suarenses que me han seguido. Que se queden tranquilos que estoy en perfecto estado, bien de salud. Estoy cumpliendo con la cuarentena correspondiente para no llevar ningún virus a Suárez”.

Darío Salotti ha mostrado, muy en grande, que hay que ir tras los sueños. “La gente que tenga un sueño, que lo quiera cumplir, que se lo proponga, que lo haga. Con tiempo y paciencia se pueden cumplir los sueños. Eso es maravilloso y queda en el corazón de por vida”.