Hugo, ¿a tu papá le gustaría ver lo que estás haciendo? “Calculo que sí”
A Hugo Weisbeck se lo ve entusiasmado, durante todo el proceso de preparación del strudel gigante. En sus manos estuvo la preparación de los rollos de masa, que luego tendrán la estirada final a cargo de la gente que se anotó para elaborar lo que es el centro de la fiesta.
La panadería de su propiedad en Santa María, la heredó de su padre, quien le enseñó los secretos del oficio, desde chico.
Panadería Santa María, se denomina el lugar de cuyos hornos cada mañana sale el pan fresco y otras elaboraciones. Recuerda que está con la panadería, “de toda la vida; mi papá tenía panadería, salí del colegio y me metí a trabajar. Sigo las raíces de papá”, cuenta recordando que trabaja en el lugar, desde que tenía 12 años.
Antes, dice, “era diferente a como es ahora. Había que ayudar. Nos sacábamos el guardapolvo y nos poníamos el delantal porque había que ayudar”.
Es, el responsable de hacer la masa para el strudel gigante. “Resultado del coraje”, dice. “Lo aprendí de casa y de mi papá. Nosotros, lo fuimos perfeccionando. Después, me propusieron hacer esto, dije que iba a probar, me salió bien y cada año uno perfecciona cada vez más”. Está, desde la primera edición de la Strudel Fest.
Queriendo extraerle los secretos a este panadero sobre la elaboración de la masa del strudel -lo que es todo una ciencia-, dice, no obstante que, “no tiene muchos secretos. Es, una harina especial, cuatro ceros; pero tapera, no la cuatro ceros común”. Explica que “es una harina que no agarra encimas”.
Cuenta que el último martes, empezó “a hacer los pastones. Se la deja descansar, enfriar, en la heladera. Después se le da máquina y se deja enfriar otra vez. Nosotros, trabajamos con mucha heladera, porque siempre tiene que estar la masa bien fría y dejarla descansar para que no se rompa”.
Se usaron entre 70 y 80 kilos de harina, unos 40 kilos de grasa y sal. “Lo difícil es el laminado, tener cuidado que no se rompa, por eso, tiene que estar siempre descansada”.
Preparó 22 rollos “de unos 3 metros y algo cada rollo”. En el cierre de esta entrevista, una pregunta: ¿Qué te parece que diría tu papá, el que te legó el oficio de panadero, al ver que estás haciendo esto, por las raíces del pueblo? ¿Estaría contento? Con una emoción enorme responde este histórico panadero: “Calculo que sí”. Y listo; se despide con un gesto emocionado, porque no puede seguir hablando.