Compromiso, identidad y comunidad en la Escuela Parroquial de Pueblo San José

En diálogo con La Nueva Radio Suárez, Mariana Lang, directora de la Escuela Parroquial de pueblo San José, compartió el intenso presente institucional que atraviesa este histórico establecimiento educativo, ícono del segundo pueblo alemán del distrito.

“Desde que comenzó el ciclo lectivo 2025 no paramos”, expresó con entusiasmo la docente, resaltando que la actividad escolar no se detiene gracias a un cronograma dinámico que combina propuestas planificadas con nuevas iniciativas que se van sumando. La escuela participa activamente de la vida comunitaria del pueblo: este año fue sede del acto oficial por el aniversario de San José, ocasión en la que los alumnos presentaron una emotiva obra de teatro sobre la historia de los abuelos pioneros. También abrieron sus puertas durante la Fiesta de Kerb, recibiendo a vecinos, exalumnos y familias que recorren las aulas con emoción.

El edificio centenario se encuentra en constante mantenimiento. “Como toda casa viejita, necesita atención permanente”, dijo Lang, quien destacó el trabajo conjunto con la Unión Padres de Familia, el Rotary Club Las Colonias, la Municipalidad y toda la comunidad educativa. Gracias a esos aportes, recientemente lograron incorporar aires acondicionados para todas las aulas, una necesidad clave ante los calores de marzo y diciembre.

Actualmente, la institución cuenta con 61 niños en el Jardín, 163 alumnos en la primaria y más de 100 en la secundaria. La matrícula continúa en crecimiento, a la par del desarrollo urbanístico de Pueblo San José. Sin embargo, esa expansión también presenta desafíos. “Tenemos alumnos en lista de espera. No podemos sobrecargar las aulas, porque eso impacta en la calidad educativa”, remarcó la directora, al tiempo que señaló la necesidad de renovar parte del mobiliario escolar.

Uno de los pilares del proyecto educativo es la formación integral, tanto académica como en valores. “Hoy la escuela es el sostén de muchas situaciones. Pero no podemos perder de vista lo pedagógico. Queremos que los chicos sean felices en la escuela, que vengan contentos a aprender”, señaló Lang. También hizo hincapié en la importancia de mantener viva la identidad de la institución fundada por las Hermanas Siervas del Espíritu Santo, un legado que perdura con fuerza gracias al compromiso de docentes, directivos y familias.

“El pueblo tiene el corazón puesto en esta escuela. Es un segundo hogar para muchos. Lo sentimos así, y por eso trabajamos con tanto amor”, finalizó emocionada Mariana Lang, agradeciendo la oportunidad de visibilizar la tarea diaria de un equipo que, con humildad y esfuerzo, sostiene una escuela de puertas abiertas para toda la comunidad.