23/05/2020PRODUCCION

Semana de la Miel y Día de la Abeja.

Para revalorizar el consumo de un producto noble, y el rol de la abeja en la naturaleza.

Para conocer sobre esta actividad entrevistamos a quien mucho conoce sobre la producción apícola, el Ing. Javier Roth.

Hace unos años que el 20 de mayo se celebra el Día Mundial de la Abeja. Y en Argentina, aprovechando este día, se celebra la Semana de la Miel, que “tiene como objeto concientizar sobre el consumo de miel, y sobre todo lo que desarrolla la abeja”, dice Roth, en el comienzo de la entrevista.

Se refiere a que este laborioso insecto “tiene mucho que ver con la polinización. El 70% de lo que se consume en un hogar de frutas y verduras dependen de la labor de las abejas, para tener mayor cantidad y mejor calidad de alimentos. Esto es importante saberlo, porque uno relaciona a la abeja con la producción de miel y algunos derivados, como el propóleo, el polen, para la industria farmacéutica y cosmetológica. Atrás de la abeja, como el gran insecto polinizador, está la mayor cantidad de producción de alimentos, con una mejor calidad”, informa.

Argentina es el país “que más miel exporta, junto con China”. Sin embargo, esta Semana de la Miel está pensada para que la gente “consuma más cantidad de miel. Porque el consumo de este producto, en nuestro país, es bajísimo, comparado con otros países. No llegamos a un consumo anual, por habitante, de 250 gramos. Países consumidores, como Alemania, Estados Unidos, Japón, Italia, pasan los 2 kilos por año, por habitante”.

Los calorcitos de estos últimos tiempos no extendió la temporada de cosecha. Al respecto, Javier Roth dice que hoy “la apicultura es muy migratoria. El productor permanentemente migra con sus colmenas. Lo que se hace en marzo es ir a la flor amarilla, que fundamentalmente es en el Partido de Puan, Villarino. Ahí sí se puede haber extendido un poco la cosecha. Pero en términos generales, la cosecha está terminando para el 10 o 15 de marzo, excepto en los lugares donde hay flor amarilla, que ahí se extendió un poco. Pero para el mes de abril, mayo, no”.

Al contrario, con las altas temperaturas que se dan al promediar el otoño, cortan el ciclo de invernación de la abeja. 

“Prepara un bolo y todas se predisponen de esta manera, para gastar la menor energía, para pasar el invierno. La energía la toman de la miel que se guardó o de un alimento que pone el apicultor. Tienen que tratar de no moverse, para no gastar energía. Y muchas veces, estos veranitos, tanto a la entrada del invierno como a la salida de la primavera, hace que las colmenas rompan ese bolo, consuman más miel. A veces hay alguna floración y la abeja ingresa algo de néctar, y la reina lo entiende como preparación a la temporada, rompe la postura y empieza a poner huevos. Y esto es perjudicial”.

Javier Roth se identifica como “un agradecido de la apicultura. Yo, en este momento, no tengo colmenas. Me dedico al comercio de la miel. Tuve colmenas durante 13 años. Luego, en la carrera de agronomía, me especialicé bastante en colmenas, en la parte sanitaria. Y comencé mi carrera profesional como asesor apícola. Tuve colmenas y sigo en el comercio y en el asesoramiento. Fuimos, con un grupo de productores, fundadores de Mieles del Abra, la primera sala de extracción conjunta, que está en el Parque Industrial. Soy un agradecido y un apasionado de esta actividad”.

La cosecha de miel, de la última temporada, fue bastante magra, producto de una primavera muy seca. Además, la actividad está interpelada por “los avatares que ha pasado en estos últimos años, con la intensificación de la agricultura, la ganadería, la aparición de soja y todos los herbicidas. Es, la actividad, bastante más difícil y va cambiando la forma de producción. El apicultor se ha transformado en muy migratorio, y por ahí quedaron en el camino muchos apicultores que lo hacían en forma familiar, como un ingreso complementario, los fines de semana, que no tienen la posibilidad de trasladarse. Pero aún hoy hay, en el Distrito de Coronel Suárez, unos 200 apicultores, muchos de los cuales hacen de la actividad una forma de vida”.