Ricardo Schwindt advirtió sobre la difícil situación que atraviesa la apicultura y la necesidad de mejorar la productividad
El productor apícola Ricardo Schwindt brindó un panorama detallado de la actualidad del sector, marcado por precios internacionales estancados, altos costos de producción y un mercado interno que no acompaña.
“Estamos saliendo de la invernada, en un año bastante complicado. Los números de la apicultura hoy son muy ajustados. El precio internacional ronda los 2.400 dólares por tonelada, pero no hay expectativas de suba. En el mercado interno, el kilo de miel se paga alrededor de 2.000 pesos, lo que no alcanza ni para cubrir el equivalente a litro y medio de gasoil, cuando históricamente siempre se acercaba a tres litros”, explicó Schwindt.
A la caída de la rentabilidad se suman insumos encarecidos y cosechas que no han sido abundantes en los últimos años. “Hoy la única forma de sostener la actividad es bajar costos y apuntar a la productividad”, subrayó.
En cuanto a la exportación, señaló que el mayor desafío sigue siendo el arancel por dumping que impone Estados Unidos, principal comprador de miel argentina. “Más del 60% de nuestra miel va a ese mercado, por lo que cualquier cambio en esos aranceles impacta directamente. Europa siempre tuvo requisitos exigentes, pero lo que define hoy es qué condiciones nos pondrá Estados Unidos”.
A nivel regional, la expansión agrícola de las últimas décadas desplazó parte de las colmenas hacia zonas de La Pampa, aunque en los últimos años hubo cierta recuperación de pasturas y de la ganadería, lo que permitió estabilizar la producción en la zona, con un promedio de 30 a 40 kilos por colmena.
En materia tecnológica, si bien hay avances puntuales en materiales, Schwindt indicó que las mejoras más importantes pasan por la nutrición, el manejo sanitario y la trazabilidad de la miel. “Los exportadores cada vez piden más calidad, y eso, aunque exige, termina siendo positivo porque nos obliga a mejorar el manejo”.
Finalmente, remarcó que la clave para enfrentar la coyuntura es volver a las buenas prácticas productivas. “El precio y la comercialización tienen un techo que no podemos controlar. Lo único que está en nuestras manos es manejar bien las colmenas para lograr más kilos y mejor calidad”, concluyó Ricardo Schwindt.