Molestia por caños de escapes modificados: ordenanzas y tratamiento del tema en el Concejo Deliberante
Lourdes Fernández profundizó en el desarrollo y abordaje de un tema que preocupa desde hace mucho tiempo: los caños de escape en las motos, que generan ruidos molestos en distintos puntos de la ciudad pareciendo no existir una solución real.
“Ordenanzas hay para casi todo, pero muchas veces no se cumplen por falta de decisión política para hacerlo y, en el caso puntual de las motos, no es que el Ejecutivo puede decir que no hay recursos para hacerlo, porque los inspectores están en las calles y existen” comenzó diciendo, al tiempo que agregó un dato de color vinculado a la primera ordenanza del Concejo Deliberante vinculada a este tema que data del año 1929: “Es una barbaridad que desde ese momento, en que se hablaba particularmente de vehículos, no se haya encontrado una solución”.
Hay que recordar que existe, además, una ordenanza de 2016 que no se cumplió y reconoció Fernández que tenía algunas ambigüedades, por lo que en 2024 se trabajó junto al Juez de Faltas para en noviembre presentarse una nueva ordenanza que, al día de hoy, no tiene certeza de ser cumplida: “Hay que buscar la continuidad. Dentro de la ordenanza 8305 se habla que debe informar el Ejecutivo cuántas infracciones se labraron, cuántos caños de escape se decomisaron y esa información no está, pero las quejas de los vecinos continúan” señaló Fernández, agregando que no sucede sólo en la intersección de Ruta 85 y avenida Teodosio Alaniz, sino en distintos puntos de la ciudad.
En ese sentido, recordó la entrevistada que la ordenanza, en principio, se pensó por las personas con autismo, pero que es una molestia que se extiende a la población toda: Hospital, residencias y Hogar de Ancianos, entre otras.
Vale destacar que una de las modificaciones más relevantes de la ordenanza actual es que la moto no debe estar circulando, sino que, si se observa con el caño de escape modificado y hay un registro documentado, se puede denunciar en la Policía, con la diferencia de que, además del pago de una multa cuyo valor equivale a 150 litros de nafta súper, hay una obligación de llevar el caño de escape original y colocarlo para que se entregue la moto. Además, hay un período de prohibición de circular.
“Las herramientas hoy el Ejecutivo las tiene para poder controlar” cerró Lourdes Fernández.