Cómo detectar la ansiedad infantil y por qué actuar a tiempo puede cambiarlo todo

Dolores de panza, dificultades para dormir, miedo a quedarse solo, rechazo a ir al colegio o a interactuar en cumpleaños. Esos son solo algunos de los síntomas que pueden indicar que un niño o adolescente sufre ansiedad, una condición que, si no es atendida a tiempo, puede intensificarse y complicar su vida futura.

La psicóloga Antonela Gros Aldecoa remarcó que “la ansiedad busca siempre una vía de escape. Muchas veces el niño no sabe ponerlo en palabras, pero lo expresa con el cuerpo o con una negativa rotunda a enfrentar situaciones que lo angustian”.

En esos casos, el rol de los adultos es clave: escuchar, validar lo que el niño siente y, sobre todo, no minimizarlo. “Decirle ‘no pasa nada’ o ‘todos los chicos hacen lo mismo’ es dejarlo solo con su malestar. Es muy importante que sienta que lo que le pasa importa y que puede pedir ayuda”, subrayó.

La ansiedad no es un problema que afecte solo al niño: atraviesa a toda la familia. Y muchas veces, se convierte en una forma de vivir. “La respuesta ansiosa puede aparecer más o menos evidente, pero cuando no se trabaja, se filtra en distintas situaciones. Por eso cuanto antes se detecta, mejor se puede intervenir”, insistió la profesional.

La buena noticia es que hoy se habla más de salud mental, y eso también contribuye a disminuir el estigma. “Tenemos que aprovechar esta apertura para hacer prevención, para consultar sin miedo, para informarnos bien y acompañar a nuestros hijos con herramientas reales”, concluyó Gros Aldecoa.