14/10/2020HISTORIA

Malvinas. Por Rubén Brodsky

El prisionero de guerra y el Galeno de su majestad.

Se acabó la guerra.!!!

-Y ahora?

-Regresaremos al continente?, preguntó alguien.

-Seguramente nos llevaran presos a otro lado, afirmó otro.

-Tal vez acaben con nosotros...

La incertidumbre merodeaba por encima de nuestras cabezas y la imaginación era frondosa.

La verdad es que estábamos tan cansados, teníamos tanto frio como hambre y tan mojados que casi, casi no esperábamos nada.

Lo cierto es que desde nuestras posiciones fuimos yendo al galpón de P.O.W. (galpón de prisioneros de guerra) ya comentado, empezamos a marchar a nuestro destino, cual era subir al barco que nos transportaría al continente, situación que no teníamos en claro.

Una vez adentro los soldados fuimos a la bodega y el resto a los camarotes.

El barco era el Norland, un buque de transporte.

Amontonados y dispuestos como se podía, me tocó un rinconcito al lado de otros soldados todos medio apretujados.

Mis compañeros no estaban bien, algunos se quejaban de dolores, varios (muchos) malnutridos, cuadros de gastroenteritis, etc,  y con otras enfermedades como producto de ello.

Ahí también me dí cuenta que me pasaban cosas como por ejemplo que me sentía débil, pero tenía dos condiciones... Era médico y hablaba un inglés indígena que me permitiría comunicarme un poco con ellos (los ingleses).

Nos rodeaban por todos lados, especialmente desde posiciones arriba nuestro y estaban bien armados.

A pesar de ello seguía siendo médico.

En un determinado momento me paro y salgo de mi rinconcito y ahí nomas tenía varios mirándome fieramente y apuntándome. En mi torpe inglés les digo que soy médico y les pregunté si  podía ocuparme de algunos soldados.

Amenaza tras amenaza, se me acerca un oficial y me pregunta como era posible que siendo médico no estuviera con los oficiales en los camarotes.

Le dije que me resultaría mas fácil poder ayudar a mis compañeros que explicarle porque era soldado y no oficial como se suponía.

Me preguntó que necesitaba y le dije que medicamentos y frazadas era lo ideal, lo que increíblemente sucedió rápidamente. Y ahí nomas nos ocupamos de los que estaban más cerca .

En un momento nos sirvieron nuestra ración, la que nos sorprendió.

Me dieron un rectángulo de unos 10 cms por 5cms , por 1 cm. más o menos de queso, otro de carne parecida a jamón cocido, otro de dulce tipo membrillo, un paquete con cuatro galletitas similar a las Express, un cuarto de leche en una cajita y un huevo duro, ración que seguramente era para todos igual.

El oficial con el que habíamos hablado antes era médico, se acercó y me dijo :

-La guerra se acabó, doctor, y nosotros no tenemos ningún problema con uds.

Sorprendido porque no tenía experiencia en el tema le respondí con un esfuerzo de inteligencia y le dije: "claro"!

No tenía más para decir, tampoco ganas de hacer amigos.

Seguimos navegando hasta que llegamos a puerto.

Antes de bajar por las escalerillas hacia tierra, el oficial  médico me paró, me regaló un cartón de cigarrillos y me dijo que le encantaría que nos volviésemos a ver.

Nunca me pude acordar de su apellido y tengo en la nebulosa su cara... pueden creer eso??.