Hoy es un día para que nos saludemos diciendo “¡Feliz día de la patria!”

Una pregunta que nos tenemos que hacer muchos argentinos es, dice, “si tanto esfuerzo valió la pena, si aprendimos o no aprendimos con respecto a nuestra independencia”.

Analiza que 205 años “no es poca cosa para un país latinoamericano”. Dice que hay que adaptar al estudiante “la realidad de aquella época y la realidad actual. Para que la crítica no sea dura. Que sea contextualizada en tiempo y espacio. Para que aprenda que la crítica se puede hacer, entendiendo el contexto del hecho histórico”.

A este respecto, la profesora Meyer cuenta que “al cerrar ayer la clase virtual a mis alumnos les deseé que tengan un buen fin de semana y ¡Feliz día de la Patria! Los chicos quedaron en silencio. Sólo uno dijo ‘¡muchas gracias, señora!’. Los sorprendió el buen deseo, como si no fuera nuestra esta fecha”.

Analiza que “la pandemia ha hecho esto más grande todavía. La circunstancia que el chico no viva, no tenga un acto histórico, suma indiferencia y lejanía”.

Por eso, para la próxima clase, esta profesora tiene previsto hacer una serie de preguntas en torno a cómo vivieron este 9 de julio. “Quiero que pasen los días y ver si tienen algún reconocimiento mental, que no era un feriado común, sino un feriado importante para la historia nacional”.

Esto de la pandemia “ha hecho un vacío histórico muy importante, porque no hay actos. Nadie tiene la culpa de esto. Hago mención de esta realidad”

En cuanto al hecho histórico, la profesora Gladys Meyer dice que “cuando se decide hacer el Congreso en Tucumán es porque, si se hacía en Buenos Aires, teníamos un problema muy grande, de un potencial ataque por el Río de La Plata, de España, para retomar el territorio que estaba casi perdido. Frente a ese peligro se hace en Tucumán, lo más lejos posible”.

Relata que “cuando se cierra el Congreso en Tucumán, en el 1817, y se reabre en Buenos Aires, es porque Tucumán se había transformado en un lugar de peligro, por el avance español, por el norte. Y San Martín que está cruzando los Andes, en tanto Güemes, con sus tropas, contenía el avance”. Destaca “el peligro en su inicio, y cuando estaba funcionando, que vivió el Congreso de Tucumán. Eran épocas muy difíciles”.

San Martín, dice, “cumplió un rol importantísimo en este momento: hacer ver a los congresales que había que decidirse –a declarar la independencia-. Dejarse de cháchara, como se decía en la época, de esas conversaciones inconducentes, de charlas sin sentido, propias nuestras, cuando debíamos ser más expeditivos”.

Declarar la Independencia fue un acto de valiente soberanía. “Tiempos muy complicados, con potencias muy grandes que están acercándose. Sobre todo, España, que era una potencia impresionante, que buscaba recuperar América Latina, territorio al que iba perdiendo, contando con un ejército impresionante”.

La Independencia se construye todos los días.

Haciendo una reflexión de palabras vertidas por el ex presidente Arturo Illia, la docente consultada para referirse a esta fecha histórica dice que “la única manera de hacer que una nación sea fuerte es ser honesto. Si no logramos tener políticos honestos no vamos a tener una construcción de país nunca. Más allá de la pandemia actual, que ha hecho que el chico no pueda estar en la escuela, donde se forma ese ciudadano, donde se le da los primeros pasos de ciudadanía, desde el jardín de infantes”.

En este aspecto, la profesora Gladys Meyer destaca también el rol de la familia: “Tiene que estar presente, es la familia la que contribuye a inculcar el sentido de patrio. La escuela enseña, la familia educa”.

Este proceso de desinterés, por las fechas patrias, comenzó, analiza, “cuando comenzamos a tener las fechas patrias cualquier día, en días corridos. Antes estas fechas se celebraban y conmemoraban el mismo día. Y la familia acompañaba. Que el 25 de mayo sea el mismo día. Que al acto se deba concurrir el mismo día”.