Casey no fue el primer euro criollo que llegó. Fue sí un impulsor.

Expresa que “el papel que le corresponde es el de impulsor, un compañero de la aventura. Porque había que aventurarse a crear una comunidad nueva en medio de esa nada. Construir una nueva Babilonia no es fácil. Y en eso Casey aportó su granito de arena. En facilitar, en lo que pudo, permitir, una nueva comunidad, una nueva sociedad. Permitir nuevas vidas, nuevas experiencias de vida, lo que tampoco es poco”. 

“Si lo pensamos en nuestros términos actuales, la posibilidad de tener una vida mejor, a futuro, siempre es un deseo de todos. Casey, con su inversión y su idea, lo que hizo fue facilitar, ayudar a que muchísima gente tuviera la idea de un futuro mejor. Pensando en sus familias, su descendencia. Hay que agradecerle a Casey que hoy podamos tener nuestro día de fiesta, como suarenses”.