16/06/2020HISTORIA

A 38 años del fin de la guerra de Malvinas

“Nos gustaría que las nuevas generaciones aprendan el amor a la patria” “Si el fútbol, como dicen algunos sociólogos, es una metáfora de la guerra, en 1982 la Argentina y el Reino Unido, hicieron ambas cosas, simultáneamente”. Esto está escrito en el Facebook del Dr. Rubén Brodsky, veterano de guerra de Malvinas.

Para cuando el 14 de junio de 1982, se firmaba la rendición en Malvinas, los argentinos, estábamos mirando hacia España, donde el día anterior había comenzado el mundial. Ignorantes, mezquinos, fuimos parte de la desmalvinización que se propició desde el gobierno militar, y en forma cómplice, equiparamos la guerra a un campeonato de fútbol, queriendo traer esa copa a casa.

El Dr. Rubén Brodsky es un veterano de guerra de Malvinas, en su página de Facebook, escribe sobre la guerra, desde hace varios años. Sus publicaciones son leída y compartidas por un gran número de personas, muchas de ellas, veteranos también, por lo que, a través de los comentarios de sus escritos, se produce un interesante intercambio.

Habitualmente entrevistamos a este veterano, cada 2 de abril. En esta ocasión, 38 años después, es importante conversar con Brodsky para analizar con un espacio-tiempo de 38 años transcurridos para conocer cómo piensa y siente.

“La verdad que uno se permite muchos momentos de reflexión, muchos momentos de reencuentro con sus compañeros veteranos de guerra y puede hacer un análisis más profundo de lo que ha pasado”.

Dice que la ignorancia –rechaza el término complicidad- de los argentinos, que miraron entusiasmados el campeonato de España y se olvidaron de “ver” a los soldados que regresaban de las islas, “no fue a propósito. Todo lo nuestro fue oculto. Se hizo como si hubiera ocurrido en un gran silencio. Cuando nos dimos cuenta que la información que ustedes recibían era distinta a lo que estaba ocurriendo en ese momento y nos dimos cuenta porque escuchábamos las radios uruguayas, analizamos, primero, que le estaban mintiendo al pueblo argentino. Y lo segundo, como consecuencia de eso, estábamos solos”.

Dice que los argentinos, “desconocían todo lo que había pasado. Y uno no puede querer, apreciar, contener, lo que no conoce o no sabe”.

El mundial de fútbol fue “claramente una pantalla de oscurecimiento hacia el sur”. LEER AQUÍ.

¿Cómo fueron vividos esos últimos días en Malvinas, y cómo lo recuerdan? 

Responde “Fueron increíblemente durísimos. Porque si bien es cierto que el aeropuerto fue el punto permanente de bombardeos, lo cierto es que hubo distintas batallas en distintos sectores. Muchas de ellas, muy crueles. Por ejemplo, Monte Longdon, Dos Hermanas, Tumbledown. Incluso, en Monte Longdon hubo una lucha cuerpo a cuerpo, cuchillo a cuchillo y bayoneta a bayoneta. Fue, la última guerra contemporánea en ese sentido, y no va a volver a ocurrir. Porque ahora, nos hemos vuelto exquisitos en matarnos, con drones y demás, hoy se hace de otra manera. Esas que menciono, fueron batallas durísimas”.

Esta encarnizada respuesta de los argentinos dejó sorprendido a los ingleses. “Ellos, están contando la sorpresa que se llevaron cuando comenzaron a atacar, por ejemplo, en Monte Longdon. Ellos pensaban que éramos unos indios salvajes, que estábamos en las islas y que a las 5 de la tarde iban a estar tomando el té en Tumbledown, y no ocurrió eso. lamentablemente, porque la guerra es un horror. Perdieron mucha gente, al igual que nosotros. Hubo mucha destrucción, mucho herido, mucha muerte, que podría haberse evitado. Porque esto fue producto de la aventura colonialista de la aquella entonces, Primera Ministra, con un gobierno que se caía a pedazos, al igual que el nuestro”.

Agrega el Dr. Brodsky un dato que no es menor: “después de la Segunda Guerra Mundial, la flota más importante de barcos de guerra, fue la que llegó a Malvinas. Se le produjo tanto daño con nuestros aviones desvencijados y con pilotos que hacían lo que podían con los aviones que teníamos, y con armas… el otro día subí a las redes una narración “Instalación de tiro berreta”, que da cuenta que lo que hicieron nuestra gente es propia del ingenio de los argentinos”. Para leer esa publicación, imperdible, presione AQUÍ

“Se le produjo tanto daño a la flota que, por ejemplo, el Invencible, que fue el buque más grande que tuvieron, que decidieron ocultar los daños que se les producía. Como ocultaron sus muertes, su destrucción. Tengo presente la cara de mis compañeros, de otros que no conocí personalmente, que ví por fotos. Fue increíble. No tiene que ver con que eran jóvenes. Los ingleses eran soldados profesionales, entrenados. Lo nuestro, era una cuestión de argentinidad pura, de patriotismo, que lo aprendimos ahí, a fuerza de golpes”.

Brodsky, siempre estuvo en su pozo, a la vera de aeropuerto de Puerto Argentino.  “Como alguna vez conté; viví en dos o tres lugares. En una estación veterinaria; en un gallinero y después en mi pozo de combate que estaba a 300, ó 400 metros de la pista del aeropuerto. Las bombas caían todo el tiempo. Y en los últimos días, como ellos pretendían, a modo de pinza, atacar el aeropuerto y cerrarlo en forma definitiva porque no los pudieron nunca dejar fuera de servicio; entraban por los montes de atrás. Finalmente, avanzaron con una tecnología superior y fue imposible detenerlos. Esto no fue gratis. Esas noches, los días previos, nosotros veíamos las balas trazantes, las trazadoras. Por cada bala trazante, son 5 disparos que van acompañando, así que había una multiplicidad de disparos. Era una fiesta de muerte. Todavía me sobresalto, como todos los veteranos, que nos acordamos de esas cosas”.

El final de la guerra, ¿se sintió como un alivio? 

Responde, el Dr. Brodsky, primero, con un suspiro, y explica, que “la guerra es una sucesión de hechos que te va transformando con el tiempo. Nos íbamos animalizando. Así vivíamos y actuábamos en consecuencia. Porque si no, hubiera sido imposible sobrevivir a eso. Era algo superior a nosotros. ¿Si nos tranquilizó? Qué se yo. A nosotros, nos sorprendió. Era tanta la destrucción, tanto el ruido de bombardeos, fuego, muerte, todo el tiempo, tanto tiempo. De repente, un silencio, filoso. No sabíamos lo que pasó. Estábamos tan excitados, con esa adrenalina a full, para estar permanentemente atentos, que de repente se cortó todo… Después, nos fuimos dando cuenta que se había acabado la guerra. Luego, pudimos elaborar que fue una cuestión ideada por unos pocos dementes y peleada por nosotros. Pero todo eso, es, una larga historia”.

Transcurridos 38 años, analiza el Dr. Brodsky el después de la desmalvinización. “Primero, fue encontrarnos, entre nosotros. Permitirnos hablar, entre nosotros, que no fue fácil. Una vez que nos entendimos, que teníamos un lenguaje común. Ahí fue cuando nos dimos cuenta que podíamos empezar contar algo. Y empezamos de a poquito en los colegios”.

Ahora, dice que “hay una actitud diferente, una comprensión de lo que está pasando; respeto por lo que ocurrió”.

Al requerirle, que le gustaría que aprendemos de todo esto, dice el Dr. Rubén Brodsky indica que siempre, todos los días, en todo momento, luce un pin de las Islas Malvinas con los colores de la bandera argentina. “Yo quiero mucho a mi patria, mi bandera; me enorgullecen las tropas nuestras. A mí me gustaría que se aprenda sobre patriotismo, enraizarnos, de escarbar la tierra y trabajarla. El amor por nuestra patria. Y nos encantaría que eso ocurriera, que se aprendan esos valores. Por eso, nuestros muros (en redes sociales), quizá sea un legado para nuestros hijos y nietos, y para todos los que quieran”.